El diputado por Morena, Roberto Guzmán, señala que existe preocupación entre la ciudadanía por los males que los agroquímicos propician, como desequilibrios hormonales y cáncer, y propone incrementar la participación de universidades en la investigación y uso de productos sanos en el agro.
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de febrero del 2018.- Por encima de la calidad nutricional de los alimentos, el uso de plaguicidas altamente contaminantes es una práctica común en el campo mexicano, porque se da prioridad al abaratamiento de costos, el aumento de la producción y la reducción de técnicas tradicionales que implican contratar más personas, lo que causa en gran medida graves enfermedades entre la población, como desequilibrios hormonales y cáncer, denunció el diputado federal por Morena, Roberto Guzmán Jacobo.
Al presentar la postura de su bancada sobre las reformas al artículo 280 de la Ley General de Salud, el legislador hizo notar la preocupación ciudadana ante la creciente demanda de alimentos e insumos orgánicos, porque a pesar de que su producción no representa una mayor inversión, sólo quienes tienen más ingresos pueden adquirirlos, debido a los altos costos de venta.
“Esa situación nos pone ante una situación de inequidad social, ya que las clases desprotegidas no tienen acceso a productos de calidad, mientras que el Estado no cumple con los principios constitucionales de brindar de alimentación y salud a la población”, reclamó ante el pleno de la Cámara de Diputados.
Asimismo, dijo que llama la atención que en el dictamen se establezca que no es competencia de la Secretaría de Salud crear laboratorios que promuevan la investigación para fomentar el uso de productos naturales que favorezcan el control de plagas y desalentar la utilización de sustancias de alta toxicidad.
En ese sentido, el también integrante de la Comisión de Salud propuso que el Estado –a través de instituciones públicas, científicas y de fomento agropecuario– tome en cuenta los estudios e investigaciones que realizan las universidades públicas al respecto.
“Solo por poner un ejemplo, la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Iztapalapa, ha desarrollado investigaciones de gran relevancia que ha comprobado que el uso de cultivos mixto, considerando el tipo de suelo y características específicas de microclimas, contribuyen de manera sustantiva al control de plagas y al mejoramiento de la producción sin uso de plaguicidas tóxicos”, indicó.
Guzmán Jacobo consideró que capitalizar el trabajo de las universidades no sólo contribuiría a dar cumplimiento a la propuesta legislativa, sino también abonaría en favor de la creación de fuentes de empleo y al reconocimiento del trabajo de los científicos mexicanos, cuyo trabajo en la mayoría de los casos terminan en los archivos y cajones de la burocracia.
