En el 2016, según Global Forest Watch y Reforestamos México, Campeche perdió la más mayor superficie de selvas en los últimos 16 años, con 56,424 hectáreas. En este año, comenzó la siembra masiva de palma de aceite, impulsada por Alejandro Moreno.
Por Daniel Sánchez
CAMPECHE, Cam. 18 de noviembre del 2017.- Tal como se advirtió en su momento, la siembra masiva de palma africana en los municipios del Sur de Campeche, impulsada por Alejandro Moreno Cárdenas, está ocasionando una mayor deforestación en selvas y humedales, con la consecuente depredación de especies vegetales y animales.
“No es casual la cifra de deforestación en Campeche y Chiapas, donde estas actividades (de la palma africana) ejercen una presión terrible y han tenido un impacto brutal”
De acuerdo con Global Forest Watch y Reforestamos México, en el año 2016, el primer año de la aplicación del Programa Estratégico de Palma Africana, que fue presentado en marzo del año pasado por Moreno Cárdenas, la entidad campechana perdió la cantidad más alta en los últimos 16 años, con 56 mil 424 hectáreas forestales.
Así, la superficie perdida ascendió a 533 mil 866 hectáreas en el periodo comprendido entre el año 2001 y el año 2016 y la ganancia en cobertura arbórea, también calculada por los dos organismos no gubernamentales, a 108 mil 639 hectáreas entre 2001 y 2012.
El vocero de Reforestamos México, Emilio Cruz, señaló que la deforestación se ha recrudecido en Campeche, donde se perdió el 22 por ciento de las 253 mil hectáreas de bosques y selvas de todo el país, por el cambio de uso de suelo para la agricultura, específicamente del cultivo de soya transgénica en la región de Los Chenes y las plantaciones de palma de aceite en cinco de los municipios del Sur de Campeche.
“Si la deforestación mantiene ese ritmo, antes de que termine el siglo XXI no quedará una sola hectárea de estas selvas. Con ellas, se perderán una enorme diversidad biológica y servicios ambientales para la agricultura, la producción industrial y la vida en las ciudades”, expresó.
“No es casual la cifra de deforestación en Campeche y Chiapas, donde estas actividades (de la palma africana) ejercen una presión terrible y han tenido un impacto brutal”, declaró Eugenio Fernández, un consultor independiente.
“Los mexicanos nos estamos muriendo de diabetes y además la comida chatarra nos está asfixiando, porque está acabando con nuestras selvas”, agregó.
Fernández manifestó que en la Península de Yucatán, existen los macizos forestales más sanos de México, pero con el tiempo, la mejora de los caminos y de la infraestructura ha hecho que este lugar sea más accesible.
Esto “ha permitido que la frontera agropecuaria se expanda en ausencia de una política y una procuraduría ambiental que funcionen. En términos reales, los ganaderos y agricultores pueden hacer lo que quieran”, puntualizó.
Al inicio del Programa Estratégico de Palma Africana, Armando Toledo Jamit, secretario de Desarrollo Rural, insistió, una y otra vez, en que no se tendría ninguna afectación ambiental en las selvas del sur, a pesar de existir evidencias de la devastación de reductos de áreas selváticas y contaminación en el municipio de Palizada, ocasionada por una plantación de la empresa Palma Tica.
El funcionario, quien posee una plantación de palma en el rancho Oxcán, en el municipio del Carmen, sin haber obtenido la autorización ambiental respectiva, culpó a la compañía transnacional de no aplicar un aprovechamiento sustentable, por lo que había sido sancionada en dos ocasiones por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Primero, Toledo Jamit atribuyó las críticas a versiones de los productores de soya, que ven amenazadas sus ganancias con la palma de aceite, y meses después, arremetió contra presuntos “seudoambientalistas” por cuestionar la antiecológica aplicación del modelo agroindustrial, que favorecer sólo a las empresas privadas.
El 11 de marzo del 2016, Alejandro Moreno anunció que se sembrarían 100 mil hectáreas más de palma africana en cinco municipios del sur, incluyendo Calakmul, y presentó al monocultivo como la panacea para el rescate económico, después del fracaso de la Reforma Energética, por la cual él votó como diputado federal.
Hasta ahora, según cifras de la Secretaría de Desarrollo Rural, sólo se han podido establecer 30 mil hectáreas del megaproyecto palmero y para el año 2018, se espera el apoyo para la siembra de cuatro mil hectáreas más, con lo que difícilmente se alcanzará la meta propuesta para el año próximo.