O el destape disfrazado del candidato de “Alito”, Carlos Martínez cuatrotransformado en Aníbal Ostoa.

Por Anonimonius

CAMPECHE, Cam. 29 de marzo.- Con bombo y platillo, Alejandro Moreno Cárdenas inauguró el viernes 22 de marzo, el Foro Legislativo-Académico de la Frontera Sur: El Tren Maya, que le organizaron para su lucimiento los legisladores morenistas, Aníbal Ostoa Ortega y Carlos Martínez Aké, buscando supuestamente escuchar todas las voces de la entidad sobre el proyecto.

En un arranque de amor por Campeche, de ese amor hacia los campechanos que tanto enuncia Moreno Cárdenas, Martínez Aké, un mes antes, anunció que se realizaría este evento, con la supuesta idea de seguir la misma lógica del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de oír a todos los posibles afectados por sus proyectos, aunque solo sirviera para enaltecer la imagen del habitante del cuarto piso del Palacio de Gobierno, quien fue el que pagó para su organización.

El evento

Con el horario campechano y con la intención de tener gente, antes de que “Alito” llegara al Centro de Convenciones Siglo XXI, citaron a los miembros del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) a las 9:30 horas, caso contrario para la invitación a los medios de comunicación, a los que llamaron a las 10:00 horas, para cubrir cada uno de los movimientos del jefe del Ejecutivo estatal.

Fue tan importante y tan académico el evento, que en un cartel que se exponía a las afueras de la sala 3 del Centro de Convenciones, la palabra Legislativo tenía acento en la “i” de la sílaba “gis”, por lo que se leía algo parecido a Legíslativo… en ese momento, se evidenció la seriedad del acto, en el que presuntamente dialogaría el nuevo poder con los investigadores.

Poco a poco, se fue develando el trasfondo de todo este jolgorio del PRI-Mor, sí, porque los legisladores ahí presentes, que le aplaudieron a Moreno Cárdenas en su discurso, dejaron de ser Morena hace mucho tiempo para ser Morenos y no necesariamente como el color de piel de quien escribe esta seudo crónica.

Llegaron los políticos, primero Carlos Martínez, luego Aníbal Ostoa y por último, el diputado federal, Raúl Bonifaz Moedano, quien forma parte de la Comisión de Frontera Sur, pero en ese momento, uno como reportero se pregunta y dónde están los investigadores, los reconocidos, los que deberían comentar sobre el tema…al parecer no llegaron o no se les envió invitación, como estuvo a punto de suceder con la representante de AMLO en Campeche, Katia Meave, quien no estaba considerada en el presídium en la invitación oficial.

En momentos de cordura, los tres antes mencionados, con tal de no regarla, dijeron que las otras voces, los pueblos originarios y comunidades serán escuchados en unos cuantos días y uno como sujeto que saca cálculos, se pregunta, ¿No eso se debió hacer antes?

Lo que terminó de remarcar que no era un foro académico, fue que en la inauguración solo habló un investigador y los otros dos fueron políticos, que se vanagloriaron del Tren Maya como si fuera la gran obra que cambiará el mundo, tal como “Alito” lo suele hacer en sus conferencias, cuando defiende sus “megaobras”.

Más larga la ficción que el olvido

Para no hacerle tan largo el cuento, en los discursos ninguna de las tres personas dijo nada nuevo; solamente el momento sirvió para que Moreno Cárdenas alardeara de que él fue quien motivó la inclusión de Yucatán en la ruta del Tren Maya, enfatizó que es amiguísimo de López Obrador y presumió la pronta inauguración del nuevo Puente de la Unidad, que quien escribe, espera no sufra las mismas fallas del Distribuidor Vial, porque podría ponerse la cosa tensa.

El evento terminó, hubo abrazos, sonrisas, besos en las mejillas, caricias en los hombros y mientras la gran mayoría de los medios estaban distraídos, con la sinceridad de quien quiere joder a alguien que sabe que tiene a sus pies, Alejandro Moreno se acercó a Martínez Aké, le rodeó los hombros con su brazo, lo señaló en el pecho y casi gritó “Este es mi candidato”. Los dos sonrieron fuertemente, Martínez solo pudo fingir la gracia y minutos después de que el dueño del cuarto piso se retirara, preguntó a quienes vieron el espectáculo: Nadie lo grabó, verdad. Sabía que se podría enojar Ostoa Ortega, el verdadero candidato de “Alito”.

Los morenos se acercaban a Aníbal Ostoa para felicitarlo por su gran logro y quizá pretendían afianzar la amistad con Moreno Cárdenas, mediante él, darle explicaciones de cómo iba el Congreso de Campeche, entre otras banalidades “primorosas”.

Lo político del evento fue más que anunciado y no faltó uno que otro personaje que, como este redactor, creyera que sí se intentaba escuchar a los investigadores.

Finalmente, Campeche está bien cuartotransformado.