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3 enero, 2019 Comentarios desactivados en El sentido en busca del hombre Ideas

El sentido en busca del hombre

Por Héctor Malavé Gamboa

En los últimos cien años, el hombre moderno se ocupado de anular todo lo que hay de humanidad en el hombre, es un proyecto de alienación. Las corrientes posmodernas se encargan de confirmarlo en el terreno del pensamiento. Deducen entonces fin del proyecto de la ilustración y de la razón universal. En la tercera fase y última de la posmodernidad la muerte del hombre es quizá la muerte de la humanidad. La alienación en la filosofía se llama posmodernidad, la cual podemos superarla descubriendo las razones ocultas de su hegemonía en el pensamiento humano.

¿El hombre tiene una esencia universal? ¿La insustancialidad del hombre actual es una suerte de alienación? ¿La racionalidad misma no es una sustancialidad emancipatoria? ¿La insustancialidad no es una suerte de dominación? ¿Qué es la sustancia o la esencia? Es aquello que se no se modifica en el movimiento, aquello que lo hace ser lo que es. Lo que define a la cosa. La racionalidad del hombre y su capacidad de conocer el mundo era una sustancia del alma en la filosofía antigua y moderna.

En el marxismo la sustancia y su “acto creativo” en el mundo reconfigura las leyes anteriores, La “praxis transformadora” es una cualidad humana que supera su condición de alienación. La praxis transformadora no es una sustancia es un acto de liberación. Se modifica para encontrarse. Es un contenido que se transforma, no existe una esencia como tal eterna, pero tampoco una suerte de insustancialidad en los actos humanos, La dialéctica de la vida supera la dicotomía lo esencial y lo relativo.

Ante los horrores de Stalin, la soledad de Althusser y la amargura del marxismo posmoderno de Zizek, se antepone el “marxismo alegre” de Lukács, Antonio Gramsci, Herbert Marcuse, Karel Kosik y Adolfo Sánchez Vázquez, fundadores de un marxismo abierto, creativo y humanista, que recuperaron la vigencia del marxismo como una filosofía de la transformación. Lo que llamo una antropología creativa dentro del marxismo es un proyecto ilustrado Occidente por desarrollarlo desde la creatividad humana. Ahora resulta más pertinente ante la crisis del humanismo. La praxis filosófica que tengo a bien en llamar praxis creadora garantiza al hombre su emancipación por medio del conocimiento creativo.

El marxismo es un proyecto antropológico porque se encarga de transformar al hombre por medio de un tipo de saber liberado. El fin de esta filosofía es  el hombre como un ser consciente y emancipado. La crisis del hombre es la crisis del marxismo.  La versión estructuralista y determinista del marxismo fue una desviación del proyecto principal, la versión aún vigente en el pensamiento progresista, no responde ¿cuál es el sentido del hombre débil y plural de nuestro tiempo?  Una pregunta sin duda pertinente en el siglo XXI, y que se teme plantear abiertamente, pero la hacemos.

Por eso la vigencia del marxismo como proyecto antropológico porque resurge cuando más necesita la humanidad de recuperar la “fe” en la condición humana.  El marxismo reaparece como proyecto antropológico pero también epistemológico porque recupera el sentido “liberal” del hombre como sujeto emancipado por el conocimiento.

El hombre es explotado por el hombre y es al mismo tiempo liberador  del hombre. El entendimiento humano rechaza la esclavitud, la dominación  sería imposible en el hombre sin un proyecto instrumental, positivista, de alienación universal del neopositivismo empirista y del posmodernismo. No es posible pensar por sí mismo cuando la razón se encuentra fuera de sí misma. Por eso la síntesis de mi pensamiento se encuentra en liberar a la razón de la alienación del hombre moderno desde el lado creativo, que formulo bajo el concepto de racionalidad creativa.

En la escuela moderna se nos enseña a distinguir entre las ciencias y las artes, en algunos casos como complemento en otros como opuestos. Relegando las ciencias creativas a un plano secundario o en el peor de los casos, mistificándola con la idea del genio creativo del romanticismo. La creatividad se encuentra inmersa tanto en las ciencias, en las artes y en los  en los actos humanos, la creatividad no es un facultad aparte de la razón es un momento culmen de la razón misma para conocer la realidad. Es una propiedad intrínsecamente humana y parte de la razón objetiva misma, y por lo tanto, de la teoría del conocimiento e interés de la filosofía.

El método de la racionalidad creativa conduce a la razón a superar su enajenación social por medio de una práctica integral del hombre en su práctica como sujeto integrador rechaza las relaciones de dominación. No incorpora, no junta, no une,  integra. Por eso es más correcto llamar creación a la producción del hombre, lo que el hombre produce lo puede olvidar pero lo que el hombre crea es posible de ignorar, más aún, la creación reconoce al hombre como su autor.

Una de las razones del ocultamiento de la creatividad en el hombre es su capacidad de generar valores nuevos, que terminan siendo usufructuados y usados en contra del hombre mismo. Fue en la década de los sesenta del siglo pasado cuando Theodoro Shultz, y los economistas liberales reconocieron otros factores allende al capital y al trabajo como motores residuos de la economía capitalista, le llamaron capital humano, en el cual se incorporaba al esfuerzo físico y a la habilidad un elemento extra que sólo podía comprenderse desde el ámbito educativo formal o informal, como factor de desarrollo económico y mejores ingresos.

Con esto no sólo se explotaba la fuerza física del trabajador sino su capacidad creadora de trabajo, su valor no se encuentra en su tiempo de trabajo socialmente necesario  para crear una idea nueva sino en su capacidad de resolver problemas y de ahorrar tiempo de trabajo socialmente necesario. No en trabajar más para generar más valor, sino en trabajar menos para generarle menos valor a la competencia. La invención y el diseño de nuevas tecnologías para la producción apresan la creatividad humana en el mundo de la producción privada, con ello la originalidad humana es alienada.

La mutilación de la razón moderna separándola de la creatividad como parte de la división del trabajo, en la estructura social representa la separación del científico, el obrero y el artista, La ausencia de la integración en el sistema educativo moderno, y la aceptación de la jerarquía de saberes es una falla en el educación de los niños y los jóvenes.  La creatividad es la síntesis del juicio por lo que se requiere un método creativo de la razón misma.

La filosofía antigua presocrática no comprendió que los sentidos del hombre había dado un salto de calidad del entendimiento. Las leyes de la razón no se comprenden como mero psicologismo, las impresiones del mundo externo en la mente no explican el contenido del pensamiento racional que sólo obedece a una lógica simbólica.

Los antiguos filósofos materiales y empiristas le atribuyeron a los objetos y los sentidos la razón última del saber. Platón distingue la razón de los sentidos y le otorga primacía y emancipación, La causa era que en Atenas,  una sociedad era del discurso político. Aristóteles sintetiza razón y sentidos en el silogismo dialéctico.

Los métodos racionalistas y empiristas para conocer el mundo dominaron la discusión filosófica en los inicios de la sociedad ilustrada. Kant y Hegel, sin dejar de sostener la supremacía racionalista como un proyecto emancipatorio del hombre sobre la naturaleza,  No obstante, se debe a los sociólogos liberales que entendieron que las ideas racionales son un producto social. En su crítica a la ideológica alemana uno de los textos más reveladores de Marx, el pensamiento racional no sólo es un producto enteramente social, sino de una clase social. En suma, el pensamiento alemán es el resultado de la lucha entre la aristocracia luterana alemana contra el idealismo alemán que buscaba la integración nacional alemana.

Las ideas de los  filósofos matemáticos y lógicos, artistas abstractos, (incluye a los neokantianos) más puros son productos de una clase social determinada, inmanente y no trascendente a un modo de producción concreto. (No obstante, lo más vulgares marxistas confundieron la crítica social con el rechazo dogmático del valioso aporte del liberalismo al conocimiento humano).

La filosofía de la praxis gramsciana y su aporte más valioso es que no sólo las clases dominantes producen ideas puras sino los sectores sociales no dominantes y oprimidos también generan sus ideas y una filosofía de resistencia con su prácticas y su trabajo forman también a sus filósofos, matemáticos y artistas que se oponen al pensamiento dominante, lo cual la lucha de clases se convierte en una luchas de la ideas por la hegemonía de la estructura social.

Las ideas creativas se encuentran no en la razón misma o en las sensaciones, ni siquiera en las producciones sociales de una clase social, sino en la superación del poder social por el restablecimiento de las “relaciones” de liberación entre el sujeto y el objeto, para que pueda crear por sí mismo, en la originalidad del hombre mismo. El socialismo democrático no se logrará sin una lucha entre el hombre mismo de sí mismo, hasta que comprenda que su libertad personal es producto de una participación social, un reconocimiento doloroso de integración.

 

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