En esta época de confinamiento, miles de niños están atrapados en sus casas con sus acosadores, denuncia Bermúdez Méndez.
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de julio del 2020.- Con el objetivo de frenar la violencia infantil, el senador José Erandi Bermúdez Méndez hizo un llamado al gobierno federal para que ponga en marcha mecanismos que brinden servicios de protección a las niñas, niños y adolescentes, que sufren agresiones, sobre todo en esta época de confinamiento.
A través de un punto de acuerdo, el legislador urgió al Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) y a la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes brinden servicios efectivos de atención integral, de manera accesible y diferenciada.
La propuesta, dijo, pretende que las procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes de todas las entidades federativas adopten las medidas que garanticen protección en cualquier circunstancia y con la oportunidad necesaria sin discriminación de ningún tipo o condición.
Señaló que la violencia intrafamiliar tiene como uno de sus principales factores el maltrato infantil, el cual no tiene límites sociales, culturales, ideológicos o geográficos, sino que se trata de un fenómeno cuyos rasgos varían dependiendo de la posición económica, educación, grupo étnico, sexo, edad y valores o creencias de un grupo social específico.
En esta época de confinamiento por la pandemia, denunció, miles de niños están atrapados en sus casas con sus acosadores, sin ninguna vía de escape.
Explicó que diversos especialistas temen un recrudecimiento de las violaciones, golpes, abusos y la explotación de niñas y niños en espacios de gran hacinamiento, debido al estrés del encierro, las tareas o las presiones económicas.
Bermúdez Méndez refirió que durante el primer trimestre del año, antes de la cuarentena, la violencia intrafamiliar ya había aumentado en un 20 por ciento, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Las víctimas del maltrato infantil pueden experimentar consecuencias a corto, mediano y largo plazo, de carácter físico o psicosomático, además cabe la posibilidad de que deriven en enfermedades mentales, desarrollo de hábitos disfuncionales o conductas de riesgo, explicó.
Ante este escenario, puntualizó que el Estado mexicano no puede seguir ignorando en esta contingencia sanitaria la violencia contra las niñas, niños y adolescentes, porque a la larga provocará más mortandad y destrucción a la niñez.
El punto de acuerdo se turnó a la Primera Comisión de la Permanente del Congreso.