Conformada por cerca de 25 grupos arquitectónicos, entre los que destaca el edificio denominado de las Tres Torres, el cual es atípico, presenta tres torres en lugar de las dos del estilo Río Bec, destaca el INAH.
Por Daniel Sánchez
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de junio del 2024.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) calificó de “maravilla cultural” la gran ciudad maya de Xpujil, ubicada en el municipio sureño de Calakmul, en el estado de Campeche.
En la conferencia mañanera, el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, presentó un video sobre la zona arqueológica, a la que se podrá acceder en la ruta del Tren Maya, en el que se afirma que “la majestuosa ciudad de Xpujil, cuyo nombre en maya significa “cola de gato”, tuvo su auge en el periodo Clásico Tardío (entre los siglos VII y IX de nuestra era)”.
“Las primeras evidencias de ocupación datan del año 400 antes de Cristo; sin embargo, se cree que a finales del siglo XII, empezó a experimentar un declive que derivó en su desocupación”, se indica.
“Está conformada por cerca de 25 grupos arquitectónicos, entre los que destaca el edificio denominado de las Tres Torres, el cual es atípico en cuanto a su arquitectura, ya que presenta tres torres en lugar de las dos del estilo Río Bec”, se detalla.
Se menciona que “la región conocida como Río Bec, área en la que desde siglo III de nuestra era se constituyó un conglomerado cultural constituido por un conjunto de ciudades interrelacionadas que albergaron una considerable población, y que a lo largo de cuatro siglos compartieron patrones urbanos, estilos arquitectónicos, modas artísticas y formas de organización, que marcarían una época en el desarrollo de las culturas mayas de la Península de Yucatán”.
“En el área central de esta región, se yergue majestuosa la ciudad de Xpujil, o ‘cola de gato’, en referencia a la planta del mismo nombre que llegó a ser muy abundante en estos parajes”, se expresa.
“Fue hasta el siglo XX, en la década de los 30, que se comenzaron a tener noticias de esta zona arqueológica, cuando los investigadores norteamericanos Karl Ruppert, John Denison, y más tarde George Brainerd, llevaron a cabo estudios pioneros de la zona, publicando los resultados de sus investigaciones a través del Instituto Carnegie de Estados Unidos. Estas primeras exploraciones permitieron rescatar de entre la selva los vestigios de esta enigmática ciudad”, se agrega.
“Algunas hipótesis proponen que Xpujil constituyó un centro administrativo dependiente de la ciudad de Becán y contemporáneo de Chicanná, asentamientos con los que mantuvo un importante intercambio económico y político, conformando una red urbana regional”, se añade.
El edificio más emblemático, se comenta, es el de Las Tres Torres, ejemplo representativo del estilo Río Bec, con sus notables torres falsas simétricamente levantadas sobre el edificio de un piso y de esquinas redondeadas. Aunque el paso del tiempo ha hecho sus estragos, aún pueden verse algunos mascarones sobre las entradas que representan a la montaña sagrada. En su interior, este conjunto tiene 12 habitaciones distribuidas de acuerdo con los puntos cardinales, dedicadas a funciones administrativas y de gobierno”.
“En la década de los 80 del siglo pasado, el reconocido arqueólogo mexicano, Román Piña Chan, con un equipo de jóvenes arqueólogas y arqueólogos, desarrollaron un intenso trabajo de exploración del edificio, a fin de comprender su funcionamiento y sus características formales, así como asegurar la conservación de sus elementos arquitectónicos”, se subraya.
“Al oriente de este edificio monumental, encontramos una estructura conformada por pequeños cuartos que tuvieron techos abovedados, con decoraciones en forma de T, elemento que simboliza al viento, ‘ik’, haciendo alusión al aliento de vida”, se precisa.
“Otras construcciones monumentales que se yerguen en la zona nuclear de Xpujil, se encuentran alineadas sobre una linera recta, que va de oriente a poniente, en referencia al curso del sol por la bóveda celeste”, se explica.
“Lo que ahora podemos observar en el sitio arqueológico es tan sólo una parte menor de lo que fue la ciudad en tiempos prehispánicos, puesto que gran parte de sus estructuras y áreas residenciales, se mantienen dispersas en el área urbana de la actual localidad de Xpujil, cabecera municipal de Calakmul”, apunta.
Los hallazgos
Sobre los trabajos de rescate arqueológico por el Tren Maya, Prieto Hernández manifestó que como resultado, “al 12 de junio de 2024, se han registrado y preservado 62 mil 24 elementos constructivos (albarradas, caminos, cimientos o unidades habitacionales, plataformas, construcciones piramidales); un millón 453 mil 196 fragmentos de cerámica (tepalcates), que ofrecen mucha información sobre procesos migratorios, frecuencias estilísticas, intercambios comerciales y la densidad poblacional tan importante que se verificó en toda el área maya mesoamericana; y mil 993 bienes muebles (metates, figurillas y otras piezas cerámicas)”.
Asimismo, abundó, “mil 812 piezas están en proceso de restauración; se han recuperado 701 osamentas humanas, y se identificaron dos mil 252 rasgos naturales (cuevas, cenotes o cavernas inundadas y semi inundadas) en asociación con la presencia humana de la antigüedad”.
En paralelo, apuntó, continúa la implementación del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en 29 sitios: uno en Chiapas, uno en Tabasco, cuatro en Campeche, 11 en Yucatán y 12 en Quintana Roo.
Seguirán trabajos hasta fin de año
El director del INAH también dijo que “gracias al proyecto del Tren Maya, hemos podido acercarnos a la fuerza cultural no solo de las antiguas civilizaciones, sino a la de las poblaciones mayas que hoy luchan por hacer oír sus voces y participar en la transformación de este país”.
Anunció que los 450 profesionistas que trabajan en la investigación, conservación, restauración y preservación de los monumentos y materiales recuperados en las tareas de salvamento arqueológico, continuarán sus labores hasta fin de año.
El antropólogo destacó la participación de investigadores de base del INAH y de cientos de jóvenes especialistas, provenientes de instituciones de educación superior, entre ellas, las universidades Nacional Autónoma de México, de Ciencias y Artes de Chiapas y de las Américas; del Estado de México, San Luis Potosí, Yucatán y Zacatecas; así como las escuelas nacionales de Antropología e Historia, y de Conservación, Restauración y Museografía; de Antropología e Historia del Norte de México, y de Conservación y Restauración de Occidente.
Aseguró que el trabajo de salvamento arqueológico en campo relacionado con la construcción del Tren Maya “tiene el 100 por ciento de visto bueno. No se ha afectado el patrimonio de nuestro país y hemos podido aprovechar las obras para recuperar una inmensidad de materiales que nos dan información muy valiosa de lo que fue y lo que es la gran nación maya mesoamericana”.