LOS SEPULTUREROS: CÓMO ELIMINALIA, UNA FIRMA ESPAÑOLA DE GESTIÓN DE LA REPUTACIÓN, ENTIERRA LA VERDAD
Documentos filtrados obtenidos por Forbidden Stories revelan el mundo interior de Eliminalia, una empresa española de gestión de la reputación. Como parte del proyecto “Story Killers”, Forbidden Stories y sus socios investigaron a los clientes sórdidos vinculados a esta empresa y las tácticas de manipulación de la empresa para eliminar información de interés público de Internet.
Este artículo es la Parte VI del proyecto Story Killers, una investigación global sobre los mercenarios de la desinformación. (Captura de pantalla del sitio webh de Forbidden Stories).
Por Phineas Rueckert
Shawn Boburg (Washington Post), Kira Zalan (OCCRP), Lilia Saul Rodriguez (OCCRP), David Pegg (The Guardian), Lorenzo Bagnoli (IRPI) y Joaquin Gil (El País) contribuyeron con entrevistas e investigaciones.
17 de febrero de 2023
En agosto de 2018, Daniel Sánchez, un periodista de investigación mexicano, comenzó a recibir peculiares llamadas y mensajes de texto sobre un artículo reciente que había publicado. Los mensajes, que según Sánchez llegaban semanalmente, eran de personas que decían ser abogados y le pedían que retirara su artículo.
Sánchez es periodista en Página 66, un pequeño medio de noticias de investigación en el estado de Campeche, en el sur de México. En enero de 2018, Sánchez publicó una investigación sobre la mala trayectoria de una empresa de videovigilancia, Interconecta, que había contratado el gobernador del estado. Examinando los registros de auditoría financiera, Sánchez descubrió que la empresa, una subsidiaria de la multinacional tecnológica Grupo Altavista, había estado vinculada a casos de corrupción y fraude fiscal.
Aproximadamente dos años después de la publicación del artículo de Sánchez, recibió una solicitud aún más extraña. Enviado por un supuesto experto en marketing local que se hacía llamar Humberto Herrera Rincón Gallardo, el correo electrónico afirmaba que el artículo de Sánchez infringía una ley de datos europea llamada GDPR y le pedía que eliminara las referencias a Grupo Altavista y su fundador Ricardo Orrantia. El correo electrónico fue firmado por el “Departamento de Cumplimiento” de la Unión Europea.
Sánchez, perplejo, consultó a Artículo 19, una organización de libertad de prensa, que le aconsejó no retirar la pieza.
Pero un mes después, Gallardo estaba de vuelta. Esta vez, probó una nueva estrategia: un reclamo por infracción de derechos de autor. En enero de 2020, Gallardo presentó un reclamo ante Digital Ocean, el proveedor de alojamiento con sede en EE. UU. de Página 66, alegando que Sánchez había copiado su contenido ilegalmente. Como prueba, Gallardo se vinculó a un sitio de terceros que había publicado una réplica del artículo de Sánchez, pero con una fecha de publicación anterior falsificada y un autor falso: Humberto Herrera Rincón Gallardo.
Esta vez, la estrategia funcionó. Digital Ocean ordenó a Sánchez que retirara su artículo del sitio de Página 66, o se volvería negro. Apeló a Digital Ocean pero no tuvo éxito. Finalmente, temiendo perder sus lectores y su sustento como periodista, capituló y eliminó el artículo. (Digital Ocean no respondió a las solicitudes de comentarios).
En México, uno de los países más peligrosos para los periodistas, los reclamos de derechos de autor no parecían tan drásticos como las amenazas que habían sufrido los colegas de Sánchez, pero el resultado fue el mismo, dijo. “Significa que hay una forma de censura sutil”, dijo Sánchez en una entrevista con Forbidden Stories.
Pero resulta que esta campaña no fue obra de abogados locales o expertos en marketing. Según documentos obtenidos por Forbidden Stories, Grupo Altavista contrató a Eliminalia, una empresa española de gestión de la reputación que ofrece servicios de eliminación de contenido a clientes privados, para eliminar decenas de artículos, incluido el de Sánchez, vinculados a la empresa y al nombre del fundador.
Gallardo, el experto en marketing cuyo nombre aparece en la denuncia, negó haber sido alguna vez “empleado de Eliminalia o de alguna empresa relacionada con Eliminalia”. Le dijo a Forbidden Stories, “el uso de mi nombre en el proceso iniciado contra el portal Página66 fue completamente impropio y sin mi conocimiento ni consentimiento”, dijo.
Sánchez fue uno de los cientos de periodistas, blogueros y redactores de todo el mundo cuyo trabajo fue borrado, modificado u ocultado de internet entre 2015 y 2021 por Eliminalia, Forbidden Stories y sus socios encontrados…
Un mercado lucrativo
De vuelta en México, estos documentos muestran que en abril de 2019, Orrantia contrató a Eliminalia para solicitar la eliminación de contenido en cumplimiento de la “legislación vigente de protección de datos personales”. En total, Orrantia solicitó la eliminación de 13 noticias de medios mexicanos, incluido el de Sánchez, y tres términos de resultados de búsqueda de Google relacionados con su nombre y el de su esposa y el Grupo Altavista. Pagó más de 12.000€ en cuatro cuotas a Eliminalia. (Orrantia no respondió a las solicitudes de comentarios).
Orrantia fue uno de los más de 150 clientes mexicanos en los documentos filtrados. Otros incluyen a Pedro Miguel Haces Barba, un líder sindical que en 2019 fue expuesto por firmar contratos lucrativos con dos gobernadores luego arrestados por corrupción, y Miguel Ángel Colorado Cessa, hermano de un narcotraficante del Cartel de los Zetas. (A través de un portavoz, Haces Barba se negó a comentar. Colorado Cessa no respondió a las solicitudes de comentarios).
Este es un fragmento del reportaje de Forbidden Stories. Aquí puedes leer completo el trabajo.
https://forbiddenstories.org/story-killers/the-gravediggers-eliminalia/