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19 abril, 2018 Comentarios desactivados en Prospera en México prohíbe la partería tradicional Mujeres

Prospera en México prohíbe la partería tradicional

Denuncian en la ONU organizaciones de mujeres indígenas/Advierten que se ataca cultura y derecho a la salud.

Por Sara Lovera/SemMéxico

CIUDAD DE MÉXICO, 19 de abril de 2018.- Sólo 2.9 por ciento de los nacimientos en México son atendidos por parteras tradicionales, hace 30 años las parteras atendían el 43 por ciento de los nacimientos, lo que significa que esta práctica, ejercida especialmente por mujeres indígenas está por desaparecer.

Lo mismo sucede en Perú, donde solo el 1 por ciento de los nacimientos es atendido por parteras tradicionales.

Esto ha tenido un impacto devastador tanto en la preservación de la cultura, como en los resultados de la salud materna y neonatal de las comunidades indígenas. Hoy hay que defender esta práctica en las poblaciones originarias de América, donde las parteras han sido, incluso, criminalizadas.

Organizaciones Indígenas de América esperan una reacción de la ONU al respeto y una declaración especial esta misma semana en Nueva York, luego de argumentar sobre el valor cultural y en salud del trabajo de las parteras tradicionales.

La reducción de la atención al parto por mujeres indígenas tiene varias razones, pero ni lo prefieren las mujeres, ni mejora la seguridad de los partos, más bien es político y de presión económica. Muchas usuarias de servicios de salud, son amenazadas con perder los beneficios de los programas “Prospera” en México o “Juntos” en Perú, si las parteras indígenas atienden sus nacimientos.

Es un hecho, dicen las indígenas, entre ellas Kinal Antzetik de México, que la exclusión de las parteras indígenas de los sistemas de salud, quebranta la capacidad del Estado de dar cuenta apropiada de sus poblaciones indígenas, porque no expiden certificados.

Sostienen que: “El valor y las contribuciones de las parteras indígenas a sus comunidades no puede ser desconocido; proveen cuidado donde no hay ninguno, usan la cultura, las plantas tradicionales y las ceremonias en sus prácticas obteniendo valiosos resultados, de lo cual hay mucha evidencia”.

Hoy esta limitación crea mayores barreras a la población indígena para participar de manera completa en la sociedad y ejercer plenamente sus derechos.

La defensa de la partería tradicional indígena se expresará en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, en Naciones Unidas, en Nueva York, en una actividad paralela mañana, 19 de abril, donde participan destacadamente México, Perú y Canadá.

La opresión de las parteras indígenas y las barreras sistemáticas creadas para prevenir a los pueblos indígenas acceso al cuidado de las parteras indígenas contravienen los artículos 24 y 25 de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, y, además, constituye una amenaza a la supervivencia cultural.

Denuncian que muchas mujeres embarazadas indígenas son forzadas a abandonar sus comunidades para dar a luz en hospitales ubicados en centros urbanos.

En Canadá, México y Perú estas mujeres pueden pasar hasta cuatro semanas de embarazo fuera de sus comunidades, comúnmente solas y sin apoyo de su familia extendida. Dentro de estas instituciones de salud, es común, según estudios y encuestas, que la experiencia de esas mujeres habla de discriminación y una atención de menor calidad basada en prejuicios y tratos racistas.

La marginación de las parteras indígenas, en México es: el rol de las parteras en el cuidado del parto es dramático, en 1987, ellas atendieron el 43 por ciento de los nacimientos mientras los doctores atendieron el 38 por ciento. Tres décadas después, nueve de cada diez nacimientos (94.2 por ciento) son atendidos por un doctor y sólo 2,9 por ciento por parteras. La situación es similar en Perú, dónde sólo un 1 por ciento de los nacimientos son atendidos por parteras.

El riesgo de desaparecer la partería tendrá consecuencias para la salud de las mujeres y para la cultura.

El Foro permanente en la ONU, deberá expresarse esta misma semana, con una recomendación en la declaración final. Los trabajos se realizan de manera conjunta con organizaciones de Perú, México y Canadá, en cooperación con el Enlace Continental de Mujeres Indígenas y del Foro Internacional de Mujeres Indígenas.

Participan en la discusión: Mónica Mckay, Ryerson University, Canadá; Raquel García, CHIRAPAQ Centro de Culturas Indígenas del Perú; Lina Rosa Berrio, Kinal Antzetik DF/Conacyt-Ciesas, México; Lucy Mulenkey, Red de Formación Indígena (IIN), Kenya; Cheryllee Bourgeois, Consejo Nacional de Parteras Aborígenes (NACM), Canadá; y cómo relatoras para las recomendaciones, Tarcila Rivera Zea, CHIRAPAQ Centro de Culturas Indígenas del Perú, Perú, y Patricia L. Yllescas H., Kinal Antzetik Distrito Federal, México.

La partería indígena

Este trabajo de las mujeres cultiva la reproducción social y cultural de la vida. Con cada nacimiento en una comunidad indígena, es revivida la historia de su creación y la nación renace.

Las parteras indígenas son protectoras: del espacio, de las familias, de la cultura, de las siguientes generaciones, de los derechos colectivos indígenas.

Son facilitadoras de ceremonias y prácticas culturales: las prácticas culturales tienen un efecto protector en la salud, y son una herramienta que crea mejores resultados.

Tienen habilidades que ofrecer: las parteras indígenas no han sido utilizadas en su completo potencial y tienen habilidades que no existen en ningún otro lugar en el sistema de salud.

Algunos ejemplos incluyen el trabajo que las parteras indígenas hacen para colocar al bebé en la posición correcta a lo largo del embarazo y como evitan varias cesáreas, la habilidad de llegar y cuidar a las personas que, de otra manera, no recibirían cuidado prenatal lo cual claramente mejora el resultado.

La partería es un fundamento de cada comunidad indígena, sin embargo, en las Américas, la práctica de la partería tradicional indígena, la presencia de las parteras indígenas, y la habilidad de transmitir el conocimiento de la partería indígena a través de las generaciones, ha declinado significativamente a lo largo las últimas décadas.

Su impacto es devastador tanto en la preservación de la cultura, como en los resultados de la salud materna y neonatal de las comunidades indígenas.

En Canadá, se reconoce que “las mujeres aborígenes sufren la falta de acceso equitativo a servicios de partería culturalmente apropiada, y esto resulta en mayores riesgos de resultados adversos del embarazo y en una salud infantil más pobre respecto al general de la población canadiense.”

Es ampliamente reconocido que las muertes infantiles en las comunidades indígenas son, al menos, dos veces más que la media canadiense.

En Centro y Sur América, muchas parteras indígenas son criminalizadas. Por ejemplo, en Perú, la situación de las parteras indígenas tradicionales se ha deteriorado en años recientes, a pesar de las políticas de salud intercultural, que promueven la medicina tradicional, y la integración de las parteras indígenas al sistema de medicina convencional.

 

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