En la última semana de agosto, el precio del barril del crudo alcanzó los 40.58 dólares, avanzando 1.45%, es decir, 0.58 dólares por barril.
Por Daniel Sánchez
CIUDAD DEL CARMEN, Cam. 31 de agosto del 2020.- En la última semana de agosto, el precio del barril de petróleo mexicano cerró en 40.58 dólares, con un incremento del 1.45 por ciento con respecto a la semana anterior.
De acuerdo con el reporte económico “Precio de la Mezcla Mexicana de Exportación de Petróleo”, del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados federal, la mezcla mexicana de exportación se incrementó en 0.58 dólares por barril en la semana que concluyó el 28 de agosto.
“El precio promedio ponderado de la mezcla mexicana de exportación se situó en 40.58 dólares por barril, ganando 0.58 dólares, es decir, 1.45 por ciento respecto a la cotización del 21 de agosto”, indicó.
“En el mismo periodo, en los mercados internacionales, el precio del barril de petróleo tipo Brent cerró en 45.05 dólares por barril, lo que significó un incremento de 0.70 dólares, o sea, un incremento de 1.58 por ciento”, agregó.
En tanto, abundó, el WTI se situó en 42.97 dólares por barril, registrando un avance de 0.63 dólares, es decir, un aumento de 1.49 por ciento.
Esto, puntualizó, “se debió, entre otros factores, a los menores daños a lo esperado en las refinerías de la costa del Golfo de México, en Estados Unidos, por el huracán “Laura”.
En cuanto a su variación mensual, el CEFP manifestó que “respecto al precio del 28 de julio (37.42 dólares por barril), la mezcla mexicana registró un avance mensual de 3.16 dólares, un incremento de 8.44 por ciento”.
Sobre su variación anual, precisó que “en lo que va del año, el precio de la mezcla mexicana promedia 33.72 dólares por barril, colocándose por debajo, en 15.28 dólares (menos 31.18 por ciento), de lo aprobado en los Criterios Generales de Política Económica (49 dólares por barril)”.
Mencionó, finalmente, que el precio internacional de la mezcla mexicana de exportación se emplea principalmente para estimar los ingresos petroleros del sector público presupuestario en los Criterios Generales de Política Económica.