Los feminicidios y la violencia

El desasosiego, producto de una guerra inexplicable y absurda

4 mayo, 2018 Comentarios desactivados en #Sentencias Machistas Ideas

#Sentencias Machistas

Coordenada/Caso LNP, Argentina (violencia sexual)

Por Lupita Ramos

El 3 de octubre del 2003, LNP una niña de 15 años, integrante de la etnia Qom, salió con su amiga GC a pasear por la plaza de El Espinillo. A esa misma hora, tres muchachos, Humberto Darío Rojas, Lucas Gonzalo Anríquez y Leonardo Javier Palavecino -conocidos de LNP- se encontraban en ese lugar, bebiendo cerveza.

Uno de ellos, Javier, la llama por su nombre, razón por la cual la adolescente se detiene, mientras que su amiga iba hasta su casa a buscar un termo para tomar tereré. Javier le propone ser novios y tener sexo esa noche, a lo que ella se niega, respuesta que provoca el enojo del joven. Mientras dos la retenían por los brazos y le tapaban la boca con su propia blusa, Palavecino la viola.

LNP, joven indígena, viviendo con su familia en extrema pobreza en un pueblito argentino aislado, sin recursos de comunicación, ni transporte público, sufrió no solo la violencia sexual de un tipo que se creyó con derecho a ultrajarla, sino que padeció la violencia institucional de un juez que consideró la violencia sexual como “natural”.

Bajo presión de la comunidad, la policía recibió la denuncia, los acusados fueron detenidos y se abrió la investigación. Pese a que en el juicio se prueba el acceso carnal por la fuerza, son todos absueltos en un proceso plagado de irregularidades, prejuicios de género y discriminación étnico-racial.

Entre otros hechos: la víctima no contó con asesoría jurídica; el juicio, llevado en español, sin intérpretes, dificultó la comunicación de la víctima y los testigos; se preguntó a testigos si la víctima tenía novio y/o si el violador era el novio, y/o si ella ejercía la prostitución; testigos fueron descalificados por ser indígenas; los jueces, dudando del no consentimiento de la víctima, consideraron que no se debería «confundir la violación con la violencia propia del acto sexual» y que las heridas en ella se debían al «ímpetu con que se intenta la penetración» y a la «juventud del sujeto activo», y además de la ingesta alcohólica, que le produce «mayor desenfreno».

Esas son las barbaridades que se esgrimen en esta sentencia machista, como en el caso español conocido como de “la manada” o el mexicano conocido como “los porkis”; los jueces actuaron de acuerdo con sus propias convicciones jurídico/machistas, todos ellos absolvieron a los acusados, convencidos de que sus resoluciones se “ajustaban a derecho”, porque han emitido estas sentencias por cientos de años.

La cultura patriarcal genera pactos patriarcales entre los delincuentes varones que utilizan la violencia para apropiarse del cuerpo de las mujeres, con los jueces que no advierten violación alguna a las normas del derecho, que se han construido bajo la lógica jurídica patriarcal, donde las mujeres no hemos sido sujetas del derecho, sino objeto del mismo. El derecho positivo occidental (igual que el islámico) ha objetivado a las mujeres.

Por eso es que los jueces emiten sus sentencias misóginas y machistas con la tranquilidad de la desvergüenza y el cinismo en que han construido el derecho patriarcal incluido sus sentencias absolutorias. Esa “justicia” machista y patriarcal está en proceso de extinción.

No habrá ni una sola agresión machista sin respuesta; no permitiremos ni una sola sentencia machista más. Los violadores y sus cómplices los jueces, solo tienen un lugar: la cárcel y el repudio social.

[email protected] @lupitaramosponc

 

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