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2 mayo, 2023 Comentarios desactivados en Sin transparencia, mercantilizan manglares de Campeche Campeche, Investigación

Sin transparencia, mercantilizan manglares de Campeche

Bluemx Mangrove promueve 2 proyectos financiados con bonos de carbono azul en las reservas de “Laguna de Términos” y “Los Petenes”, en los que contempla hasta 120,000 hectáreas.

Por Daniel Sánchez

CAMPECHE, Cam. 2 de mayo del 2023.- Sin transparencia, el negocio del mercado de bonos de carbono, tan cuestionado por ser utilizado por las grandes empresas para “pagar por seguir contaminando”, llegó al estado de Campeche, con los planes de la asociación civil Bluemx Mangrove de “proteger” con ellos hasta 120 mil hectáreas de manglares.

Los proyectos, dados a conocer el cinco y el 13 de abril del 2023 en la gaceta ecológica de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se realizarán en tierras ejidales y privadas del Área de Protección de Flora y Fauna “Laguna de Términos” y de la Reserva de la Biósfera “Los Petenes”.

Entre los financiadores de la “Conservación, restauración y fortalecimiento a la regeneración natural del manglar en ejidos y predios privados” de las dos áreas naturales protegidas campechanas, destaca Blue Natural Capital Financing Facility (BNCFF), apoyado por el gobierno del Gran Ducado de Luxemburgo y administrado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Uno de los promotores locales es el notario Oscar Rodríguez Cabrera, hijo del exgobernador Rafael Rodríguez Barrera, militante del PRI, ex diputado local, ex legislador federal y ex representante del gobierno de Campeche en la Ciudad de México, además de autodenominarse “ecologista”.

Rodríguez Cabrera, quien se dice igualmente “aficionado a la cacería”, también será beneficiario de los planes de Blue Mangrove en “Los Petenes”, junto con algunos de sus amigos, quienes poseen tierras en el área de influencia de la Reserva de la Biósfera. Los promotores afirman que en estos proyectos “todos ganan” y ofrecen ganancias hasta cinco veces mayores que en otras actividades productivas.

En “Laguna de Términos”, están incluidos los ejidos de Puerto Rico, Atasta, San Antonio Cárdenas, Nuevo Progreso y Sabancuy, y algunos propietarios, encabezados por el terrateniente vinculado al exgobernador José Antonio González Curi, Carlos Díez Gutiérrez, quien posee alrededor de cuatro mil hectáreas aledañas a la laguna, donde siempre quiso establecer una megagranja de camarón.

En las tareas programadas y algunas ya iniciadas, Bluemx Mangrove se apoyó, inicialmente, en la empresa Asesoría Técnica y Estudios Costeros (ATEC), pero recientemente comenzó a ser asesorada por el Instituto de Ecología, Pesquerías y Oceanografía (Epomex), de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC).

Hasta ahora, en ninguno de los casos, se conoce la superficie total de tierras ejidales y privadas incluidas, a quiénes y el monto con que se beneficiará con los dos proyectos de la agrupación civil, ni como realizarán las tareas de conservación y restauración.

Este reportero solicitó hace tres semanas a Bluemx Mangrove toda la información sobre los informes preventivos presentados a la Semarnat, pero no la proporcionó, incluso en su página de internet, reporta que “próximamente” dará detalles de sus proyectos de conservación y restauración de manglares en México.

Por su parte, la dependencia federal, que está obligada a publicar en su sitio de internet, en el apartado de “Consulta tu trámite”, tampoco ha dado a conocer los documentos entregados por la organización civil, pero este dos de mayo de 2023, indica que ya está listo el resolutivo del primer proyecto y que el segundo, está incompleto, por lo que solicitó información adicional.

Lo que se sabe de los proyectos

En la gaceta ecológica de la Semarnat, fechada el cinco de abril del 2023, se publica que Bluemx Mangrove presentó el informe preventivo del proyecto, con clave 04CA2023HD010, de “Conservación, restauración y fortalecimiento a la regeneración natural del manglar en ejidos y predios privados en el Área de Protección de Flora y Fauna “Laguna de Términos”.

En la publicación, la organización, que se define como “de emprendimiento social, sin fines de lucro”, detalla que “se ubica en la zona costera del estado de Campeche, entre el río San Pedro y San Pablo al occidente y el área de drenaje del estero de Sabancuy hacia el oriente, en los municipios de Carmen, Champotón y Palizada”.

“El proyecto general tiene un tiempo de vida esperado de 30 años. El objetivo principal es la conservación y restauración de manglares en terrenos ejidales y privados localizados dentro de los límites del APFF “Laguna de Términos”, así como en el área de influencia de la misma, abarcando en su conjunto, la porción central de los humedales del estado de Campeche”, precisa.

“Se pretende proteger, restaurar y manejar el ecosistema de manglar, mediante un trabajo en conjunto con los ejidos y propietarios, para incrementar los servicios ecosistemáticos del manglar, entre ellos el almacenaje y captura de carbono, evitar la degradación y proteger la biodiversidad”, especifica.

En los mismos términos, se publicó en la gaceta ecológica de la Secretaría federal, fechada el 13 de abril del 2023, que Bluemx Mangrove había presentado el proyecto para “Los Petenes”, con la clave 04CA2023HD011, que “se ubica en la región norte de Campeche y de los municipios de Hecelchakán, Calkiní y Campeche”.

Los cuestionados bonos de carbono

El seis de mayo del 2022, la Red Jubileo Sur Américas advirtió que “los mercados de carbono, ya de por sí especulativos, se convierten en un escenario ideal para las estafas de personas inescrupulosas que, literalmente, sacan plata del aire, creando bonos falsos o incurriendo en una doble o triple contabilidad de los mismos”.

Además, alertó, “estas personas y empresas (a menudo de papel) suelen ser muy poco claras con las comunidades”.

“La compra o venta de bonos de carbono se ofrece a comunidades, pueblos indígenas, afrodescendientes o campesinado en Colombia, como una compensación por cuidar el territorio, pero muchas veces resulta ser a cambio de permitir la extracción de combustibles fósiles, petróleo o carbón”, expuso.

“Como consecuencia, si bien las comunidades reciben un pago, terminan, en ocasiones, siendo instrumentalizadas para permitir el lavado verde con el cual las empresas extractivas amplían sus fronteras, desplazando comunidades y alterando sus modos de vida”, significó.

Destacó que “es importante tener presente que, cuando de bonos de carbono se trata, existen dos mercados, el regulado y el voluntario, también llamado no regulado. Este último permite que se ofrezcan contratos y proyectos a las poblaciones locales, sin que exista ningún tipo de control en el país, o incluso a nivel global, pues tampoco ha sido creada una regulación vinculante para el artículo 6 del Acuerdo de París, referido a los mercados de carbono, como se pretendía lograr en la COP 26 de Glasgow”.

Reveló que “incluso la ONU, en su documento marco al respecto, ha indicado que podría “privar a las comunidades de sus legítimas aspiraciones de desarrollar sus tierras” y “causar la clausura de los bosques, al desvincular la conservación del desarrollo de prácticas de conservación sin fines de lucro, basadas en valores culturales”.

Mencionó que “entre los riesgos de los proyectos en el mercado regulado, organizaciones sociales, comunidades, ambientalistas e indígenas han denunciado prohibiciones para hacer agricultura, cacería, pesca o incluso solo para desplazarse libremente, puesto que se considera que esas actividades generan degradación de los territorios, de manera que las comunidades no pueden continuar habitándolos con sus medios y modos de vida tradicionales. Aceptar estos proyectos termina por hacerles renunciar a sus formas de vida y se convierten en un modo de legalizar el desplazamiento, al que la gente podría verse forzada al cabo de un tiempo”.

“En el mercado no regulado, existen aún mayores riesgos, pues al tratarse de negocios, los componentes ecológico y social pasan a un segundo plano, sin ninguna entidad gubernamental que les haga seguimiento a los proyectos”, puntualizó.

FOTO: Greenpeace Francia

“La gran estafa”

En noviembre del 2021, la revista Viento Sur replicó el artículo “La neutralidad en carbono: La gran estafa”, publicado originalmente en el medio francés Liberation, en el que se expone que “no pasa ni un día sin que nuevos países, colectividades, empresas o productos prometan volverse neutros en carbono, incluso los que no son precisamente conocidos por ser los más virtuosos en materia climática”.

Subraya que “cada vez más ONG (Organizaciones No Gubernamentales), pero también instituciones y universidades, denuncian el desvío que constituye la neutralidad en carbono. Para alcanzar esta última existe un principio fundamental: los actores deben evitar primero, y después reducir, las emisiones generadas por su propia actividad, limitando por ejemplo el consumo energético, y finalmente, como último recurso, compensar sus emisiones residuales. El problema es que son muchas las empresas que, a imagen de ciertos grupos petroleros, han pasado directamente a la última fase”.

“Esto requiere un menor esfuerzo humano y financiero por parte de las empresas, que siguen contaminando y destruyendo todo, tranquilizando su conciencia”, señala Alain Karsenty, economista del Centro de Cooperación Internacional de Investigación Agronómica para el Desarrollo.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC), la neutralidad en carbono –que debe alcanzarse más o menos a mediados de siglo para no sobrepasar un recalentamiento de 1.5 °C– “supone ante todo reducir las emisiones mundiales de GEI desde ya, de manera drástica y continua, del orden del 6 al 8 por ciento anual, o sea, del 45 por ciento de aquí a 2030”, recuerda Françoise Vimeux, climatóloga del Instituto de Investigación para el Desarrollo. No obstante, hoy “las emisiones no menguan e incluso siguen aumentando”, asienta la científica.

Informa que “tres científicos de renombre, entre ellos el ex presidente del GIEC, Robert Watson, admitían en una tribuna (publicada en The Conversation) que se percataron tarde de que la neutralidad en carbono era una “trampa peligrosa”. Una “idea genial, en teoría”, pero que en la práctica “reduce la sensación de urgencia asociada a la necesidad de limitar las emisiones de forma inmediata”.

Un informe de ONG internacionales, entre ellas Amigos de la Tierra, publicado en junio de 2021, califica la neutralidad en carbono de “gran estafa”, mientras que otro, publicado en febrero (Amigos de la Tierra Internacional, 22 de febrero) habla de “cortina de humo” que permite “disimular la inacción” gubernamental.

“Utilizado por las empresas para lograr el objetivo de la neutralidad en carbono, este instrumento está muy desacreditado. Concretamente, las empresas entregan dinero a entidades que promueven proyectos de reducción de las emisiones de CO2 (conservación de bosques…) o de secuestro de carbono (plantación de árboles…), en su mayoría basadas en el extranjero. Air France, por ejemplo, se ha comprometido a compensar a partir de 2020 las emisiones de sus vuelos en Francia continental, o sea, “450 vuelos y 57 mil clientes cotidianos”, gracias a sendos proyectos en Brasil, Perú, Kenia, India o Camboya. Junto con las energías renovables, el bosque es un objeto predilecto de las empresas: “Es fácil de comunicar visualmente, es sexy y sobre todo cuesta menos dinero”, dice Karsenty, quien también es especialista en bosques.

“Este mecanismo permite a las empresas obtener los famosos créditos de carbono que pueden generarse hasta el infinito; se compran y se venden en el mercado de la compensación voluntaria de carbono. Dichos créditos son visados por organismos de certificación como Verra, Gold Standard o Plan Vivo, que evalúan las cantidades de CO2 secuestradas o evitadas por cada proyecto. Un proceso de validación que no recibe la aprobación unánime, debido a la dificultad para realizar tales evaluaciones y proyecciones”, sostiene.

Las antiguas selvas con sus grandes árboles y sus suelos son las que retienen más carbono. Por cierto, los pueblos indígenas viven en territorios muy codiciados por los promotores de proyectos de compensación de carbono. Los expertos denuncian un riesgo de acaparamiento de sus tierras y violación de sus derechos. En cuanto a los sumideros naturales, no es posible forzarlos a absorber más carbono: “Los bosques y océanos ya absorben el 56 por ciento de las emisiones mundiales, el máximo que pueden absorber”, advierte la climatóloga Vimeux.

FOTO: World Rainforest Movement

Pagar para seguir contaminando

En marzo del 2021, la organización internacional Grain acusó también que el “maquillaje verde” de las corporaciones: las “emisiones netas cero” y “las soluciones basadas en la naturaleza” son un enorme fraude.

“Las corporaciones han aumentado su maquillaje verde para bloquear cualquier acción que permita controlar sus emisiones de GEI. Tras cinco años de no haber hecho nada por avanzar hacia los objetivos establecidos en el Acuerdo de París 2015 a los que se comprometieron, muchos de los grandes contaminadores, como Nestlé y Shell, están haciendo ahora promesas de “emisiones netas cero”, sobre todo para satisfacer las necesidades de relaciones públicas de los financistas que les entregan fondos”, reveló.

“El cambio hacia el maquillaje verde corporativo no logrará nada en la reducción de las emisiones, pero tiene el riesgo de generar un masivo acaparamiento de tierras forestales y agrícolas, particularmente en el sur global. Las corporaciones del sector alimentario y de los agronegocios son los principales actores en esta gran estafa”, apuntó.

Ya desde diciembre del 2011, el medio de comunicación independiente Otramérica lanzó una alerta sobre “el mercado del carbono, o el engaño de moda: La estafa de pagar por contaminar la Pacha Mama; o el juego de cobrar por el trabajo que hace el bosque”.

Mencionó que “por estos días, se habla mucho del tema de los bonos de carbono, el CO2, venta de oxígeno, cuidado o cultivo de bosques. Empresas, personas particulares, ONGs e instituciones del estado llegan a los territorios colombianos proponiendo a las comunidades ganar dinero por la venta del aire que producen los bosques. Esto pasa en todo el mundo, porque es un mecanismo internacional que se presenta como una forma de reducir los efectos de la crisis climática”.

“La propuesta es simple y atractiva: “deje crecer el bosque o siembre un bosque y recibirá plata sin mayor esfuerzo”, abundó y comentó que ante “el tremendo desastre causado por el modelo de desarrollo, especialmente por los países más industrializados, se escribió un acuerdo entre 187 países en el año 1997, conocido como Protocolo de Kioto. Los países contaminadores se comprometieron a reducir el envío al aire (atmósfera) de varios gases contaminantes, entre ellos el CO2. Pero esto afectaría en gran medida las ganancias de la gran industria. Por eso se inventaron otra forma: pagar para seguir contaminando”.

“El truco consiste en que ellos siguen contaminando y para justificar el daño ofrecen una cantidad de dinero a los países o a las comunidades que tienen muchos bosques. Nos dicen que nos van a pagar por tener bosques, pero en realidad lo que hacen es pagar por el derecho a seguir contaminando y aumentar sus ganancias”, añadió.

“La plata que ofrecen por el negocio viene siendo una chichigua, una mínima cantidad, porque la mayor parte se queda en los intermediarios y los dueños del negocio. Las comunidades terminan en la última parte de la cadena o en la puerta del edificio para que les tiren un hueso, mientras que las grandes empresas o las bolsas de valores del mundo se quedan con la mayor ganancia en el piso más alto del edificio”, reveló.

“La gente que recibe el hueso termina, en su propia tierra, como esclava de los que le tiran el hueso del piso más alto y, al mismo tiempo, como cómplice de la contaminación y de su propia destrucción, pues en lugar de rechazar el maltrato de la Pacha Mama, recibe unos billetes por su silencio”, resaltó.

Concluyó que “lo que se logra no es proteger la Madre Tierra, sino continuar su destrucción para seguir ganando dinero. Los que más plata tengan pueden comprar su derecho a contaminar. Los dueños de los bosques con el tiempo terminan afectados por inundaciones, sequías, pérdidas de cultivos, enfermedades…”.

Más información en:

https://www.transparency.org/files/content/publication/GCR_ClimateChange_FAQs_ES.pdf

https://jubileosuramericas.net/la-doble-estafa-de-los-bonos-de-carbono/

https://vientosur.info/la-neutralidad-en-carbono-la-gran-estafa/

http://alencontre.org/ecologie/la-neutralite-carbone-la-grande-arnaque-le-seul-zero-qui-compte-cest-a-la-source.html

https://grain.org/es/article/6635-el-maquillaje-verde-de-las-corporaciones-las-emisiones-netas-cero-y-las-soluciones-basadas-en-la-naturaleza-son-un-enorme-fraude

http://otramerica.com/temas/el-mercado-del-carbono-o-el-engano-de-moda/1029

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