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3 octubre, 2018 Comentarios desactivados en Trágico destino de apaches prófugos en la Nueva España Ideas

Trágico destino de apaches prófugos en la Nueva España

Antonio García de León presenta Misericordia, en la que analiza la huida emprendida en 1796 por un grupo de apaches desde una prisión en Veracruz, así como su persecución. No es una novela histórica. Se trata de un trabajo de historia de enorme densidad y factura, resuelto con una maestría estilística única: Antonio Saborit. Foto: Mauricio Marat, INAH.

CIUDAD DE MÉXICO, 3 de octubre del 2018.- La inverosímil, mas totalmente verídica historia de un grupo de apaches que, en el otoño de 1796, escaparon en la venta de Plan del Río, cerca de la actual Xalapa, de una prisión a la que habían sido reducidos, así como la implacable persecución que sobre ellos desató la autoridad virreinal, es el hilo conductor de Misericordia. El destino trágico de una collera de apaches en la Nueva España, el más reciente libro del lingüista e historiador, Antonio García de León.

Presentada en el marco de la XXIX Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), esta obra surgió a partir del hallazgo en el Archivo General de la Nación, del diario de campo del militar Nicolás de Cosío, quien fuera el encargado de perseguir y llevar a los ‘rebeldes’ ante la justicia, o en su caso a la justicia ante ellos, comentó su autor al participar en una mesa de diálogo con Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología (MNA), y el editor y traductor Ramón Vera Herrera.

García de León, investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destacó que más allá del trabajo archivístico, de acopio de fuentes etnográficas y de escritura en sí que implicó su manufactura, el texto es, desde su perspectiva personal, una manera de “elevar a las estrellas” a este grupo de apaches, para quienes el cautiverio era la forma más tangible que conocían del ‘infierno’.

Por ello, aunó, no sólo buscó darles voz a través de los registros y la correspondencia intercambiada por las autoridades novohispanas que los perseguían, sino mediante “la interpretación etnográfica” de los objetos ­—vestimentas, ofrendas a sus deidades o huellas de campamentos­— que dejaron durante su huida por el altiplano virreinal, y que fueron recolectados y consignados por Cosío y sus pares.

Igualmente, reconoció que, sin faltar en ningún momento al rigor de historiador, escribió el libro usando numerosos recursos novelísticos e incluso herramientas que para algunos podrían estar más cercanas al discurso cinematográfico.

Al respecto, Antonio Saborit subrayó que si bien tales libertades autorales dan a Misericordia un ritmo ágil y una lectura no lineal, para nada la convierten en una novela histórica. “Se trata de un trabajo de historia de enorme densidad y factura, resuelto con una maestría estilística única que es propia de Antonio García de León”.

Señaló que el contenido de la obra da cuenta de temas clave de fines del siglo XVIII, como el recrudecimiento de la fuerza gubernamental hacia las comunidades originarias de la región llamada Gran Norte, que tuvo lugar luego de la administración del segundo conde de Revillagigedo y durante el mandato del virrey Miguel de la Grúa Talamanca y Branciforte.

El titular del MNA coincidió con Ramón Vera al señalar que un equívoco que mucho tiempo permeó en México y en Norteamérica en general, fue considerar a las poblaciones de Aridoamérica como bárbaras, puesto que se trata de comunidades resilientes desde tiempos ancestrales, a la vez que portadoras de una inagotable riqueza cultural.

“Los anglosajones se expandieron al oeste y al sur, predando e invadiendo los espacios de las comunidades nativas, al mismo tiempo que los españoles emprendieron acciones similares desde el sur hacia el norte. Los pueblos originarios fueron orillados a transgredirse, a vagar para luego ser considerados nómadas, cazadores y recolectores sin tierras”, señaló Ramón Vera.

García de León concluyó que son múltiples las lecturas de su más reciente obra, lo cual ejemplificó con los símiles que encontró entre la idea que los apaches tenían del paraíso guerrero y la de los mexicas, pues en ambas culturas los caídos en combate tienen como destino el acompañamiento diario del sol.

Otra lectura, dijo, está en la compenetración que, sin desearlo, tuvo el victimario para con sus víctimas, “Nicolás de Cosío fue un militar que dada su experiencia combatiendo y persiguiendo apaches y otras comunidades de la región, aprendió muchas de sus costumbres y de sus hábitos, lo que en cierta medida lo aisló de la sociedad novohispana en que vivió”.

El libro Misericordia. El destino trágico de una collera de apaches en la Nueva España es editado por el Fondo de Cultura Económica.

 

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