El diario electrónico Página 66 y este reportero retoman sus labores informativas, luego de 40 días de paro obligado y una vez salvado el problema de salud, con incontables bemoles que próximamente detallaré.
Todo mi agradecimiento a quienes se solidarizaron con este forzado impasse, ante la estrechez económica en que nos dejó la crisis sanitaria de los dos últimos años.
Mi especial gratitud a tres amigas, mis mejores amigas, que no me abandonaron en estos momentos. Sobran los nombres, ellas lo saben y yo reconozco su empatía, su “sororidad”, concepto que debería extenderse hacia todos, ellos y ellas.
No puedo decir lo mismo de otras personas, con quienes mantenía una relación fraterna y de quienes esperaba un mínimo de sensibilidad, pero allá ellas y su conciencia.
Ya tenemos claro cuál es el papel del oficio periodístico ante los cambios que deben darse en el estado de Campeche.
No aceptaremos ningún método de censura, por muy sutil que sea, que ni intenten coartar la libertad de expresión, acallar el periodismo crítico y expropiar el derecho de los campechanos a informarse verazmente.
Amigos, compañeros, seguidores, cómplices, lectores:
Más que contento de regresar a mis tareas diarias, más endeudado que nunca, apesadumbrado por el sistema de salud pública, pero con mucha muy renovada esperanza, mucha esperanza, a pesar de que haya quienes se empeñen en empañarla.