“Ko’olelen” (Soy Mujer) es el documental de Las Hijas del Rap, activistas a través de la música/Hay un silencio que duele en Yucatán/Continuarán buscando becas y fondos para impulsar este proyecto.

Por Lorena Castellanos/SemMéxico

MÉRIDA, Yuc. 27 de marzo del 2018. “Ser rapera feminista en Yucatán es muy importante, porque una se encuentra situada en una región donde hay un silencio que duele, en un estado donde constantemente se repite el ‘no pasa nada’, pero en realidad pasa mucho”.

Con estas palabras introductorias, las integrantes de la colectiva de hip hop feminista “Las Hijas del Rap”, presentaron ante amigos y familiares el documental “Ko’olelen” (Soy Mujer, en lengua maya), para conmemorar el segundo aniversario de su agrupación.

El documental, armado con la ayuda de Mercy Alejandra Portillo Alcocer, narra el trabajo que Phana la Yucatecana Mulixa, Nany Guerrerx, Chika Lion, Marisol y VK García realizaron con niñas y adolescentes de Kimbilá, comisaría del municipio de Izamal, a quienes durante cuatro meses les llevaron un poco de la cultura hip hop a través de talleres recreativos, con el objetivo convertirla en una herramienta de empoderamiento y de transformación.

Dicho proyecto pudo consolidarse gracias a que en 2017 las cinco activistas recibieron un apoyo de cinco mil dólares por parte de FRIDA The Young Feminist Fund (El Fondo para Jóvenes Feministas), con lo que pudieron realizar las visitas a las niñas y adolescentes de Kimbilá desde noviembre del mismo año y hasta febrero del año en curso.

“El documental se hizo con la intención que más mujeres y personas vieran este tipo de proyectos y se apropiaran de él. Nuestra intención es que haya más personas haciendo este tipo de trabajos de hip hop, feminismo, revitalizando la lengua maya también”, mencionó Nany Guerrerx durante el conversatorio que se llevó a cabo posterior a la proyección.

La narrativa audiovisual de “Ko’olelen” presenta poco a poco el vínculo que las raperas fueron formando a lo largo de esos cuatro meses con las niñas y adolescentes de la comunidad maya, a través de los talleres de danza, rap y arte urbano, todos acompañados de actividades lúdicas, que poco a poco permitieron a las niñas desenvolverse y expresarse con mayor facilidad.

“Era algo que no hacían cuando nosotras llegábamos (los primeros días), sino que ya (después) tenían esa iniciativa de hacer lo que ellas quisieran, que no sólo pensaban en seguir órdenes, sino que tenían esa iniciativa de yo quiero hacer esto”, afirmó Chika Lion.

Durante el conversatorio, Marisol destacó que pudo apreciar que gracias a los talleres las niñas de quedaron con una “pizca” e “inquietud” de tomar sus propias decisiones, al ser ellas mismas quienes elegían sobre qué temas hablar en las canciones que escribían y hablando de su cultura y compartiéndolo en su lengua materna, la maya.

En este sentido, “Las Hijas del Rap” contaron con la colaboración de la cantante yucateca Jazmín Novelo, quien escribe sus canciones en lengua maya, por lo que acudió a Kimbilá para vincular el uso de la lengua con las actividades que las feministas acudían a realizar.

No obstante estos resultados, las cinco raperas admitieron haberse encontrado con diversas dificultades. La barrera del idioma y la falta de coordinación fueron algunas de las que se presentaron durante las primeras visitas.

Asimismo, detallaron que llegó a ser difícil que las niñas asistieran a los talleres una vez a la semana, ya que al terminar la escuela, se quedaban ayudar a sus madres con las tareas del hogar, mientras que los niños jugaban libres a las mismas horas. Por ello, decidieron aumentar las visitas a tres veces por semana, sin embargo, algunas niñas seguían faltando por la misma situación.

A pesar de ello, las activistas reconocieron que esta experiencia ha sido muy enriquecedora para ellas, y que se llevan grandes aprendizajes del tiempo que pasaron con las niñas que pueden aplicar en su vida cotidiana, como el trabajo en equipo y el trabajo realizado con amor.

“Una de las cosas que más nos dejaron es a trabajar con amor, con cariño, porque ellas siempre nos recibían con cariño. No hay nada más bonito que cuando llegas a un lugar y alguien te recibe con un abrazo”, declaró VK García.

Además de tratar temas de la cultura hip hop, también hicieron dinámicas de sensibilización al feminismo con la participación de Lorena Aguilar Aguilar, miembro de la Red de Católicas por el Derecho a Decidir, sin tratar de imponerles un tipo de feminismo en específico.

“El feminismo de ellas era simplemente expresarse, con lo que nos dieron a nosotras a conocer cómo son ellas, cómo son sus tradiciones, cómo viven en su casa, qué es lo que practican, qué es lo que hablan, cómo se llevan con sus amigas. El feminismo en ellas no era un feminismo luchando contra un patriarcado, sino un feminismo que está construyendo en ellas una amistad, una unión”, detalló Phana, la Yucatecana Mulixa.

Tras haber contextualizado a los presentes sobre sus experiencias y aprendizajes, Nany Guerrerx platicó que en el momento que llegaron a Kimbilá, se encontraron con el hecho de que las niñas escuchaban y cantaban canciones de reggaetón de artistas como Maluma y del grupo maya hablante ADN Maya, sin embargo, ninguna de ellas se atrevía a rapear, a pesar de que los niños de la comunidad sí lo hacían.

Por tal motivo, expresó que al presentarles un nuevo modelo a las niñas de mujeres que participan dentro de la cultura hip hop, rapeando, bailando y escribiendo sus propios contenidos, ellas podrían decir “yo también lo puedo hacer”.

“De repente dicen yo también puedo cantar, yo también puedo bailar. De alguna forma cuando eres niña tener acceso a otro tipo de modelos es como ¡wow!, que vean algo diferente, algo fuera de Maluma, algo fuera del trabajo de hip hop de sólo hombres, porque a lo mejor ellas no se identifican con eso”, aseguró.

Como producto final de los talleres y como el cierre del documental, las niñas escribieron en conjunto “La canción de las raperas de Kimbilá”, donde expresan tanto en español como en lengua maya su cultura, las cosas que les gustan y lo que perciben de su entorno.

“Las Hijas del Rap” continuarán buscando becas y fondos para impulsar este proyecto, seguirlo mejorando y poder llevarlo a todas las comunidades del interior del estado, llevando los temas de feminismo hacia otras mujeres, niñas y adolescentes a través de la música y la cultura hip hop.