La responsabilidad del Estado en la violencia económica

Los espacios sociales como plataformas de discurso III

30 noviembre, 2017 Comentarios desactivados en Crónicas Montevideanas de Encuentros Ideas

Crónicas Montevideanas de Encuentros

Coordenada

Por Lupita Ramos

Concluyó el 14 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Montevideo, Uruguay, que nos convocó a mas de dos mil mujeres de toda la región con el lema “Diversas, pero no Dispersas”, durante tres días nos reunimos en 10 asambleas permanentes para reflexionar, intercambiar, compartir.

Entre las conclusiones más importantes destacan: La exigencia a no perder la categoría de género como una categoría política y analítica para las transformaciones de las mujeres (ante el embate de los grupos fundamentalistas con su mal llamada “ideología de género”), la necesidad de fortalecer la inclusión en la agenda feminista de la defensa por nuestros territorios y la madre tierra, el fortalecimiento del movimiento feminista más indígena, más negro, más popular, con más trabajadoras; la necesidad de descapitalizar y despatriarcalizar nuestros territorios, el fortalecimiento de la diversidad de feminismos que nos enriquecen a través de los feminismos trans, negros, lésbicos, indígenas, etc. y la convocatoria al paro internacional de mujeres para el próximo 8 de marzo

Entre las conclusiones más importantes destacan: La exigencia a no perder la categoría de género como una categoría política y analítica para las transformaciones de las mujeres (ante el embate de los grupos fundamentalistas con su mal llamada “ideología de género”), la necesidad de fortalecer la inclusión en la agenda feminista de la defensa por nuestros territorios y la madre tierra, el fortalecimiento del movimiento feminista más indígena, más negro, más popular, con más trabajadoras; la necesidad de descapitalizar y despatriarcalizar nuestros territorios, el fortalecimiento de la diversidad de feminismos que nos enriquecen a través de los feminismos trans, negros, lésbicos, indígenas, etc. y la convocatoria al paro internacional de mujeres para el próximo 8 de marzo.

Desde el CLADEM regional, también nos encontramos para continuar con la campaña en contra del embarazo infantil forzado.

Marché junto a la maravillosa Monin y las compañeras del Paraguay, junto a la batucada brasileña y el candombé uruguayo.

También caminé en solitario las calles de la ciudad vieja y me encontré en el piso una placa con el nombre de la poeta uruguaya Delmira Agustini, en memoria de todas las víctimas de violencia de género. Su poesía expresó el erotismo femenino en una época en la que eso no estaba permitido. Les cuento breve su feminicidio: contrajo matrimonio con Enrique Reyes el 14 de agosto de 1913, pero por diversas desavenencias conyugales, lo abandonó un mes y medio más tarde, divorciándose el 5 de junio de 1914. En julio del mismo año, fue asesinada por su ex esposo, quien después se suicidó (desafortunadamente una historia mil veces repetida en América Latina).

Tuve encuentros maravillosos con personas como Moriana, una querida compañera Urumex, exiliada en México en los años 70, fue ella quien al pasar el edificio donde estuvo la embajada de México en Uruguay, me narró la historia de Vicente Muñiz Arroyo, quien fue embajador en Uruguay, de 1974 a 1977, durante la dictadura y quien salvó la vida a más de 400 perseguidos políticos.

Las resistencias del gobierno uruguayo a otorgarles salvoconductos conforme a lo que estipulaban los tratados internacionales vigentes entre ambos países, hicieron que se acumularan en los locales de la embajada y en la residencia privada del embajador los refugiados, que llegaron a ser 200 al mismo tiempo.

Curiosamente, después de que me narrara la historia de cómo Muñiz Arroyo literalmente ponía el cuerpo y el alma en acciones de solidaridad para brindar asilo político al mayor número de refugiadas y refugiados, al entrar a una tienda de artesanías, la vendedora al saber mi origen mexicano, se extendió en gratitud, recordando cómo el citado embajador había salvado la vida de su hermana, que ahora tenía una vida feliz en México.

El último encuentro maravilloso de mi viaje lo tuve en el avión con una azafata panameña, señora mayor, quien me comentó que estaba a punto ya de la jubilación, pero que estaba entrenando a personal nuevo.

La escuché decir a un pasajero argentino que viajaba en el asiento a mi lado en el pasillo de emergencias quien no quería atender las recomendaciones, con el pretexto de que ya “había viajado mucho en avión y que ya sabía que hacer”, la azafata lo refutó amablemente diciendo que era el protocolo y que de cualquier manera le tendría que decir las instrucciones de cuidado para quien viaja en salida de emergencia.

Al final concluyó con una frase: “pero no se preocupe, usted viaja con la mujer maravilla, que soy yo”. Así fue este viaje al Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe; acompañada siempre de mujeres maravillosas.

 

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@lupitaramosponc

 

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