Coordenada/Evolución de la participación política de las mujeres en México.
Así se titula el panel al que fui amablemente invitada por la Sala Regional Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que se llevará a cabo el próximo 23 de octubre, en donde compartiré panel con la directora general de Estudios, Promoción y Desarrollo de los Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Leticia Bonifaz Alonso, y con la consejera del Instituto Nacional Electoral, Beatriz Claudia Zavala Pérez.
El escenario del 2018 prepara a las mujeres candidatas de los diferentes partidos a enfrentar la violencia política de quienes pretenden poner el mecanismo de reelección por encima de la paridad
Sin duda es un tema de coyuntura muy importante, no solo por el 64 aniversario del voto reconocido a las mujeres, sino por el año electoral que comienza, estrenando paridad horizontal, vertical y transversal.
Habrá que explicar a la ciudadanía cuáles son los alcances de esta paridad en sus tres vertientes, pero, sobre todo, habrá que explicarles a los políticos de siempre, de toda la vida (enquistados en los privilegios del poder del sufragio otorgado históricamente solo a los varones para que estos y solamente estos tuvieran la posibilidad de votar y ser votados); que esos privilegios se acabaron.
El camino de la democracia ha sido muy complicado para las mujeres que han tenido que luchar y exigir la reivindicación del derecho a ser ciudadanas. Múltiples obstáculos se han cruzado en sus caminos. Por eso ha sido necesario avanzar en la legislación que pretende garantizar el ejercicio pleno para que puedan votar y ser votadas.
Primero se abrió el camino normativo para las designaciones de las candidaturas por los partidos a partir de cuotas, como una medida que pretendía garantizar un mínimo de presencia de mujeres en el ejercicio del poder.
Esta medida no fue suficiente, sobre todo por las artimañas de las que se valieron los varones de todos los partidos para impedir la representación de mujeres (a fin de cumplir con la cuota obligatoria del 60/40 y 70/30 –por supuesto que siempre consideraron que el número mayor les correspondía a los hombres y el menor a las mujeres- nominaban a las mujeres en candidaturas que sabían que iban a perder, que no tenían suficiente electorado a su favor o como suplentes o como propietarias, exigiéndoles la titularidad al triunfo de la candidatura).
Una de las falacias que con mayor frecuencia argumentaban los hombres de los partidos para justificar solo la presencia masculina en los puestos de elección popular, es que “no había mujeres” que se quisieran dedicar a la política.
Ahí también se realizó un avance importante, primero para deslegitimar esa falacia construida desde quien no quiere dejar el poder y fue necesario que se establecieran mecanismos jurídicos para la capacitación y para el desarrollo de los liderazgos políticos de las mujeres, asignando primero el 2% y actualmente el 3% del presupuesto anual ordinario asignado a los partidos.
Sin embargo, de nueva cuenta, los partidos desviaron esos recursos para proporcionar cursos “lucita te capacita” de belleza y estilo, de maquillaje y otras barbaridades, que solo fortalecían los estereotipos femeninos y en nada contribuían a fortalecer políticamente a las mujeres militantes de los partidos.
El escenario del 2018 prepara a las mujeres candidatas de los diferentes partidos a enfrentar la violencia política de quienes pretenden poner el mecanismo de reelección por encima de la paridad.
Habrá que explicarles con peras y manzanas a Pablo Lemus y otros funcionarios que pretenden reelegirse en el cargo, que el cumplimiento de la paridad horizontal, vertical y transversal se encuentra por encima de las aspiraciones de la reelección, es decir, un derecho –el de la Paridad- está por encima de un mecanismo, como lo es la reelección, así lo señalan las jurisprudencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación 6/2015, 7/2015, 8/2015 y 9/2015. Invito a Pablito, a Toby y sus amiguitos a que las lean.
@lupitaramosponc