La Profepa atiende en 2017, 2018 y 2019 un total de 287 varamientos de delfines, ballenas, lobos marinos y manatíes vivos o muertos en las costas mexicanas, lo mismo que la arribazón de 2,080 tortugas marinas.
Por Daniel Sánchez
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de febrero del 2020.- Durante los años 2017 al 2019, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) atendió 287 varamientos de 507 mamíferos marinos vivos o muertos en las costas mexicanas.
La dependencia federal informó que 160 eventos fueron en 2017; 33 en 2018 y 94 en 2019, en los que resultaron afectados 197 ejemplares de delfines, ballenas, lobos marinos y manatíes, entre otros, el primer año; 184, el segundo año, y 126, el tercer año.
En los varamientos, la Profepa también contabilizó 351 tortugas marinas en el 2017; mil 268, en 2018, y 461, en 2019.
La Procuraduría ambiental manifestó que es la responsable de coordinar la atención a eventos de contingencias que involucren mamíferos marinos, incorporando y coordinando a distintos sectores: público, privado y social en la atención a su varamiento.
“La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), publicó el 17 de junio del 2014, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el Acuerdo mediante el que se expide el Protocolo de Atención para Varamiento de Mamíferos Marinos”, expresó.
“Lo anterior, en cumplimiento a lo establecido en los artículos 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS) y 90 Bis de su Reglamento, que mandatan que todo varamiento deberá ser atendido conforme al citado Protocolo”, indicó.
“Éste, sienta las bases y procedimientos para la atención de varamiento de mamíferos marinos en las zonas costeras del territorio nacional y la conservación de las poblaciones, evitando afectación a los ecosistemas, a la sanidad animal y a la salud pública”, puntualizó.
Precisó que “el documento indica que en cada evento se levante un registro, se busquen las posibles causas del acontecimiento y se de atención oportuna al mismo. Además, determina los procedimientos a seguir para atender varamientos de mamíferos marinos, muertos y vivos”.
“En caso de los últimos, después de ser valorados se considera: la liberación de los que presenten un buen estado de salud; la rehabilitación de los que lo requieran, como medida para reintegrarlos a su hábitat natural, y la eutanasia, para liberarlos del sufrimiento cuando la rehabilitación no sea viable”, agregó.
“Lo anterior, apegado a las medidas de trato digno y respetuoso de la vida silvestre consideradas en la Ley General de Vida Silvestre y la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente”, abundó.
“Los ejemplares o individuos muertos requieren ser estudiados para detectar las posibles causas de su deceso. Es decir, que aporten información sobre el estado de salud de las poblaciones de mamíferos marinos y para mejorar las posibilidades de supervivencia de futuros animales varados”, añadió.
Consideraciones especiales
Sobre el funcionamiento del Protocolo, la dependencia federal mencionó que “en cuanto a la parte operativa para aplicar los procedimientos referidos, se establecen las medidas de coordinación que deberán cumplir las autoridades federales, estatales y locales: desde la notificación de la ocurrencia de un evento de varamiento hasta concluir su atención”.
“Dentro del Protocolo se cuenta con tres apéndices, donde se establecen consideraciones especiales para: cetáceos (ballenas y delfines), pinnípedos (lobos y elefantes marinos) y sirénidos (manatíes)”, comentó.
“En cada uno de estos grupos, gracias a estudios científicos, se determinan las diferentes condiciones que se pueden presentar durante un evento; las posibles causas naturales, y la manera sobre cómo se pueda llevar a cabo cada una de las acciones para el cuidado de las especies”, precisó.
“Por ejemplo, los cetáceos presentan un porcentaje de mortandad que por su naturaleza se considera natural. Esto se debe al nacimiento de crías débiles, agotamiento, mala alimentación, enfermedad o por cambios en las condiciones climatológicas, entre otros”, especificó.
“El Protocolo señala que, además de las causas naturales, se considera a la actividad humana como una de las razones que propician el varamiento de estas especies”, asentó.
Redes de atención de varamientos
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente dio a conocer también que instaló entre 2014 y 2015, redes de atención para varamiento de mamíferos marinos en las 17 entidades costeras del país, en el marco del Protocolo de atención para varamiento de mamíferos marinos.
“En dichas redes se promueve la participación de autoridades de los tres niveles de gobierno, organizaciones de la sociedad civil, grupos de académicos y de investigación, asi como sociedad en general, para brindar atención preventiva a los mamíferos marinos, buen manejo en caso de que los ejemplares se encuentren aún vivos, o bien, realizar la disposición final de los organismos muertos y la limpieza del sitio, en la forma y los términos establecidos en el Protocolo”, afirmó.
Por último, resaltó que en los mares de México se pueden encontrar entre 43 y 49 especies de mamíferos marinos: de 37 a 41 Cetáceos (ballenas, cachalotes, zifios, delfines y marsopas); 7 especies de carnívoros (lobos marinos, focas y nutrias) y 1 Sirénido (manatí).
“La NOM-059-SEMARNAT-2010 enlista 43 especies de mamíferos marinos en cuatro categorías de riesgo (Sujetas a protección especial, Amenazadas, En peligro de extinción y Probablemente extinta en el medio silvestre), las cuales incluye 2 especies endémicas y aquellas que habitan o utilizan aguas mexicanas en alguna etapa de su ciclo de vida”, concluyó.