Por Arturo Moo Cahuich

Senador suplente por Campeche

Ahora, con la apabullante derrota priista sufrida en las urnas el pasado 1 de julio, su menguada y casi extinta clase política quiere retomar el tema del Federalismo como bandera para ondear en el territorio nacional y ver si así pueden levantar algunas simpatías. Sea en la CONAGO o cualquier otro foro, ambicionan meterle reflectores a su causa política.

El peso del inicio de la Cuarta Transformación para México que comprometió el próximo Presidente Constitucional, Andrés Manuel López Obrador, los tiene asustados. Más de 80 años en el poder y de pronto amanecen como una simple minoría que apenas rebasa el 10 por ciento de preferencias nacionales, eso los trae somnolientos. A cualquier precio buscan reflectores.

Por ello, un grupo de gobernadores salió a criticar la decisión del Presidente Electo, López Obrador, relativo al nombramiento de Delegados regionales en cada entidad federativa, bautizados como súper delegados, y suprimir los nombramientos de Delegados de todas las dependencias del gobierno federal. El de Campeche no fue la excepción. Epítetos de toda clase por la decisión anunciada. Llegaron al grado de querer comparar fuerzas políticas, como si tuvieran mucho músculo. Casos de bravuconadas o gritos lastimeros, porque perderán dominio en los funcionarios.

Olvidaron que hay que tener plena conciencia que más de 30 millones de mexicanos decidieron poner freno al priismo y al mismo tiempo, iniciar la denominada Cuarta Transformación a la que convocó AMLO durante su periplo nacional.

También al unísono surgió el repudio contra Enrique Peña Nieto y su gabinete por la corrupción desmedida y evidenciada. Además, la inmensa deuda nacional que hereda a los compatriotas y que son muchos billones de dólares. EPN deja en pobreza a los mexicanos y con mucha sangre derramada. Tiene que pagar factura.

Previsor de los tiempos actuales, Ricardo Monreal Ávila, escribió su libro Desafíos, El Senado en la Cuarta Transformación, con Prólogo escrito por Porfirio Muñoz Ledo. Fina dedicatoria de un parlamentario consumado. En la obra, se aborda el renglón de la Vocación Federalista de los mexicanos. Es de lectura obligada y en particular por la coyuntura del momento.

Monreal destaca el acercamiento conceptual a la idea del Federalismo en México, para hacer un análisis de los antecedentes históricos de nuestro país, y una comparación con el federalismo  de los Estados Unidos de América.

Aborda la precisión entre forma de Estado y forma de gobierno. Refiere el origen del federalismo en Estados Unidos de América, en 1787, y en México en 1824, donde se encuentran las raíces de la nueva República, pero con antecedentes históricos y efectos distintos. ¨La unidad que se encontraba en riesgo en el México recién independizado era preciso admitir la Federación y crearla, sin copiar a Estados Unidos; así nació el federalismo mexicano. El federalismo es un concepto vivo que cambia y se debe adaptar a las circunstancias sociales, políticas, históricas y desde luego, económicas¨.

¨El federalismo se caracteriza por el pacto que le dio origen, el cual tiene reglas que deben ser respetadas. Es el respeto a tales normas lo que permitirá que continúe esa unión federativa. Con reglas nace el compromiso de que en la prosperidad y en la adversidad aquellas entidades que se unieron para crear una federación continuarán unidas, trabajando por un fin común y navegando juntas a través de los años¨.

Monreal Ávila en su libro también destaca la vocación federalista del Senado de la República, donde resulta importante tener una visión de futuro que nos conduzca a su perfección. Recordar que los antecedentes del federalismo mexicano se encuentran en La Constitución de Cádiz; El Acta Constitutiva de la Federación Mexicana; La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824.

Lectura obligada para quienes pretenden jalonear al Federalismo.

Campeche, México, septiembre 2018.