Por Amaury David Sánchez Burelo

Cuando se es adolescente, la rebeldía llena la sonrisa y empapa la carcajada de esperanzas de lo que será el futuro. Hay quienes prefieren visualizar la pronta muerte o lastimarse para sentirse vivos y están los que creen que ni una, ni otra cosa, los nihilistas, los desesperanzados, aquellos que no le encuentran sentido a nada y se mantienen estáticos en la nada.

Muchos de esos individuos se ven representados en Runaways, cómic escrito por Brian K. Vaughan e ilustrado por Adrian Alphona. Cuenta la historia de 6 chicos que se enteran que sus papás siempre han sido los villanos en sus vidas y por lo tanto ellos, que saben el secreto de sus padres, tienen que convertirse en superhéroes para vencerlos. Sí, ya sé, no suena a una historia innovadora, pero hay algo dentro de ella que llama mucho la atención.

La obra fue publicada en el 2003, bajo el sello de Marvel Tsunami, una línea editorial dependiente de la casa de las ideas. En ese entonces, yo tenía 11 años, muchos de nuestros contemporáneos iban más o menos por la misma edad y quizá iba dirigida a nosotros toda esa nueva visión que Marvel quería conseguir con nuevas propuestas y algunas otras perspectivas no tan súpers.

Lo interesante de este cómic yace en lo que se supone está dicho, pero no es tan evidente. Los adolescentes a esa edad, queremos comernos el mundo, descubrirlo todo de un portazo y nos llevamos muchos en el camino, pero ignoramos más de lo que sabemos. El enfrentamiento con los padres se convierte en el pan nuestro de esos días y sientes que son tus enemigos declarados. Más o menos de eso habla Runaways.

Detrás de los súper poderes ves jóvenes no iguales a muchos de nosotros, pero sí con los mismos problemas, adultos que piensan que eres estúpido, los cambios drásticos en el cuerpo, las nuevas responsabilidades, los pensamientos sexuales, el hambre infernal, los granos, los nervios, el gallo, la soledad, la depresión… todo eso, aunque parezca fantasioso, es verdad.

La gente piensa que la adolescencia no es difícil, que sucede en un instante, pero es una carga, una estancia del cuerpo que para atardecer debe vencerse al mediodía y así le pasa a Alex Wilder cuando ve a sus padres asesinando a una chica tras un espejo de doble cara. Los padres se convierten en tus enemigos, sí, pero no porque lo quieran, sino porque les es imposible recordar cómo eran ellos o cómo sufrieron cuando tus abuelos los limitaban en todo, pensando que ignoraban el sentido de la vida.

Por ello, es que Marvel Televisa presenta a sus lectores los tres primeros números de los Runaways, porque sabe que todos hemos pasado ese momento. Tal vez no éramos los mejores pensantes en aquellos días, pero de lo que estoy seguro es que con un poco de libertad y apoyo, pudimos lograr más de lo que somos.

De igual forma, el estreno de la serie por Hulu, hizo posible que en México publicaran tal material, así que mejor dejemos a la duda la intención de Televisa con la impresión del cómic, pero es bueno adentrarse en sus viñetas y reflejarse un rato en aquellos personajes que luchan por ser ellos quienes hablen de lo que es bueno.