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27 octubre, 2018 Comentarios desactivados en Expediciones de Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva en la Península Ideas

Expediciones de Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva en la Península

A 500 años, libro retoma las verdaderas historias del descubrimiento de la Nueva España, analiza desde 18 fuentes la percepción de ‘quiénes, cómo y qué se dijo’ de las primeras incursiones españolas al actual territorio mexicano/Escrita por el campechano José Enrique Ortiz Lanz. FOTO: Melitón Tapia, INAH.

CIUDAD DE MÉXICO, 27 de octubre del 2018.- Antes de 1519, cuando tuvo lugar la marcha de conquista emprendida por Hernán Cortés sobre el más grande imperio que poblaba la región mesoamericana, dos importantes expediciones llevaron a Cuba, y desde allí, a la metrópoli de ultramar, noticias de nuevos territorios con sociedades y riquezas más desarrolladas y abundantes que las descubiertas hasta ese momento por los españoles en el Caribe.

Hoy, a fin de conmemorar los 500 años de aquellas campañas y de difundir un aspecto poco conocido para el lector común, sobre la percepción de ‘quiénes, cómo y qué se dijo’ entonces de esas dos primeras incursiones en el actual territorio mexicano, se publica el libro Las verdaderas historias del descubrimiento de la Nueva España.

“No es un tratado de historia, sino un ejercicio de difusión de la historia. Mi intención, además de retomar el lado humano de los capitanes de cada una de las expediciones —Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva—, es que un público entre en contacto con el tema”, refirió José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y autor de la publicación.

Con ese objetivo, la obra se divide en tres apartados: el primero, titulado ‘Las cosas acaecidas’, describe, confronta e interpreta un total de 18 textos (crónicas, documentos, cartas e historias) fechados entre 1518 y 1615, es decir, “casi el primer siglo después de los acontecimientos”, que abordan las figuras de ambos capitanes, los pormenores y consecuencias de sus viajes a Cozumel, Yucatán, Campeche, Tabasco y otros territorios de la península, que inicialmente fue llamada ‘isla rica’ por los europeos.

El autor detalló que una de las voces incluidas en esta sección es la de fray Bartolomé de las Casas, quien conoció y fue amigo de ambos, “por lo cual brinda en su Historia de las Indias, de 1561, una descripción muy humana tanto de Grijalva, como de Hernández de Córdoba”; éste último fallecido en Cuba hacia 1517, producto de las heridas recibidas en combate con los mayas de Champotón.

A partir de otros cronistas, como Bernal Díaz del Castillo, Francisco Cervantes de Salazar y el capellán Juan Díaz, se reconstruye la no menos accidentada campaña de 1518. Y es que a decir de Ortiz Lanz, el error de Juan de Grijalva fue “ser un buen soldado” y acatar sus órdenes de no poblar y entrar pacíficamente en contacto con los indígenas.

“Además de discutir públicamente con Juan Díaz, quien a los ojos de su tripulación representaba a la Iglesia, Grijalva dispuso que cualquier ‘rescate’ (trueque) con los nativos debía hacerse a través de él para llevar un mejor control y evitar abusos, lo que generó un gran descontento en soldados y marinos ávidos de cambiar sus mercancías por oro”, expresó.

Sus tres capitanes, Pedro de Alvarado, Francisco de Montejo y Alonso de Ávila, contravinieron sus mandatos e incluso Alvarado se introdujo sin su permiso en territorio inhóspito. Asimismo, las ordenanzas de Grijalva le llevaron a ser aislado de la tercera expedición organizada en Cuba, asignada finalmente a Hernán Cortés.

El segundo capítulo del libro, ‘Fuentes’, presenta las transcripciones de esos mismos 18 textos, en aras de que los lectores acudan a su consulta directa; lo que resulta de gran valor porque algunos de los libros y testimonios referidos son difíciles de conseguir dado que no han sido reeditados. Es el caso de una crónica de Antonio de Herrera, fechada en 1601.

El tercer capítulo, ‘Antón’, es un ejercicio literario emprendido por José Enrique Ortiz Lanz a partir de lo que las referencias documentales dicen y lo que omiten. “Se trata de 52 cuentos cortos en los que interpreto los acontecimientos de ambas expediciones, y algunos de sus sucesos posteriores, usando la voz del piloto Antón de Alaminos”, explicó.

Nacido en la ciudad-puerto de Palos, España, Alaminos inició su carrera náutica siendo grumete en los dos últimos viajes de Cristóbal Colón, en uno de los cuales el genovés llegó a costas hondureñas y contempló una canoa maya cargada de oro y otras mercancías, por lo que se cree que tanto Colón, como Alaminos, inferían la existencia de más tierras, e incluso habrían intentado descubrirlas.

Un Alaminos más experimentado fungió como piloto de las expediciones de Hernández de Córdoba, Grijalva y Cortés, por lo que se trata de un testigo fundamental de la Conquista y, además, un personaje interesante en su devenir, ya que optó por una vida más tranquila y se convirtió en ganadero, según consta en una memoria notarial de 1522.

El autor refirió por último que su publicación se detiene también en otros temas, como la aclaración testimonial de que fue Grijalva, y no Cortés —como se ha creído—, quien llamó ‘Nueva España’ al territorio descubierto; esto en función de que atestiguó existían culturas con costumbres y orden público, una arquitectura de piedra desarrollada, y que a diferencia de los ‘caribes’, los indígenas iban vestidos.

Otra lectura, concluyó, está en la variedad de mapas, litografías e imágenes que acompañan al texto, producidas por grabadores y artistas europeos de la época, como Theodor de Bry, Bernard Picart y Pierre Duflos, entre otros; y que recabó en colaboración con la editora Enzia Verduchi.

El libro Las verdaderas historias del descubrimiento de la Nueva España se presentó este viernes 26 de octubre en la Secretaría de Cultura del estado de Campeche. Dado que la edición estuvo a cargo del Consejo Editorial de la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados, la obra tiene circulación y tiraje limitados.

 

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