Fue asesinada a puñaladas afuera de su casa en esta ciudad, el 27 de marzo del 2017/Fueron sentenciados Óscar López Tovilla y a Jonathan Mézquita Ávalos a cumplir 46 y 43 años de prisión.

Por Lorena Castellanos/SemMéxico

MÉRIDA, Yuc. 29 de marzo de 2018.- Tras un año del asesinato de Ema Gabriela Molina Canto, fueron sentenciados los autores materiales del feminicidio, Óscar López Tovilla y a Jonathan Mézquita Ávalos a cumplir 46 y 43 años de prisión.

En audiencia celebrada esta mañana en el Centro de Justicia Oral de Mérida (CJOM), tres jueces coincidieron en imponer la pena máxima de este delito a los tabasqueños, que es de 40 años, más sanciones por portación de arma blanca y cocaína y un pago por ocho millones de pesos como reparación del daño causado.

Ema Gabriela fue asesinada a puñaladas afuera de su casa en esta ciudad el 27 de marzo del año pasado por los sujetos en cuestión, luego de años de violencia, abuso y hostigamiento por parte de su ex esposo Martín Alberto Medina Sonda, quien figura como el presunto autor intelectual del delito.

En 2012 Molina Canto logró divorciarse de Medina Sonda, quien en ese entonces era alto funcionario del gobierno de Andrés Grannier en el estado de Tabasco, por lo cual la custodia de sus tres hijos le fue otorgada a la hoy occisa.

Sin embargo, el 25 de mayo del mismo año, Ema Gabriela fue secuestrada de Yucatán y trasladada a Tabasco por agentes judiciales de dicha entidad, bajo falsos cargos de robo de autos, y fue golpeada desde el momento de la sustracción y agredida por los agentes durante los cuatro meses que tuvo que pasar en detención.

Durante el tiempo que Ema Gabriela permaneció encerrada, Medina Sonda aprovechó para raptar a sus hijos, quienes al momento de la captura se encontraban con su madre. No obstante, la madre de la afectada, Ligia Canto Lugo continuó con la lucha legal porque se hiciera justicia.

Presa su hija en un penal de Tabasco, Ligia Canto denunció ante la Procuraduría del Menor, tanto en Mérida como en Tabasco, la desaparición de sus nietos, pero fue hasta el 21 de agosto de 2014 cuando la Fiscalía General del Estado de Yucatán (FGE) accedió a emitir una “prealerta” para la búsqueda y presentación de los niños –entonces de 10, siete y seis años de edad– en todo el país.

Canto Lugo también fue detenida y trasladada, esta vez por la Procuraduría General de la República a Guadalajara, Jalisco, acusada de falsificar tarjetas de crédito en esa entidad, lo que provocó movilizaciones de activistas de derechos humanos por la fabricación de delitos en contra de la mujer.

Luego de dos años de búsqueda y denuncia, en octubre de 2014 la Procuraduría General de la República (PGR) logró rescatar a los menores y detener a Medina Sonda en Cancún Quintana Roo, quien fue recluido en una cárcel de Tabasco donde continúa cumpliendo una condena de 12 años y seis meses de prisión por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

A pesar de ello y de la liberación de Ema Gabriela y su madre Ligia Canto, las amenazas contra ella no cesaron, lo cual, sumado a la inacción de las autoridades (según las declaraciones de doña Ligia), desembocó en el feminicidio de la activista.

El 24 de abril de 2017, el juez de Control en Yucatán, Luis Edwin Mugarte Guerrero, vinculó a proceso a Medina Sonda por el delito de feminicidio agravado, tras ubicársele como presunto autor intelectual del asesinato de su ex esposa, dictándole la medida cautelar de prisión, que cumple en la cárcel tabasqueña donde está confinado.

Los fiscales yucatecos han formulado la teoría de un complot elaborado por Medina Sonda, quien mediante su asistente Rogerio Reyes Barrueta, contrató a un sujeto apodado “El Cachorro” para darle un “susto” a su ex esposa, que les fue encargado a los dos jóvenes que a partir de ahora permanecerán más de 40 años en prisión.

Desde el día en que asesinaron a su hija, Ligia Canto ha dado declaraciones a la prensa, señalando a Medina Sonda como el responsable del feminicidio y a su familia como cómplices del acto.