Por Héctor Malavé Gamboa
Los pueblos nómadas llevaron el conocimiento y el comercio al mundo, que poco a poco fueron poblando. La primera forma de movilización humana y social fueron las tribus nómadas de la antigüedad que poblaron el planeta gradualmente, iban caminando en busca de alimento y escapando de las condiciones de vida adversa en las que se encontraban.
Cuando se establecieron las comunidades humanas, el cuerpo se quedó en la tierra, pero el alma siguió viajando en la mentalidad del pueblo antiguo y se arraigó el mito, se establecieron ritos iniciáticos en donde el hombre pasaba por varias etapas hasta llegar a un tipo de conocimiento personal. El cuerpo se estableció en los campos gracias a su trabajo en la agricultura y en la ganadería, pero el alma trasmigraba en los sueños a los mundos, infiernos y las esferas celestiales. La iniciación era un mapa de ruta que el viajero llevaba consigo por medio de señales que le ayudaban en su pasaje, aves y animales salvajes, que lo cuidaban durante el viaje.
Los antiguos héroes de la literatura universal desterrados de sus ciudades, como Troya, tuvieron que iniciar grandes recorridos en donde no sólo se ponía a prueba sus conocimientos, también su fuerza y moral, como fue el caso de Eneas, fundador de Roma (Eneida de Virgilio), o Ulises, cuando regresó a Ítaca (Odisea).
La diáspora o dispersión del pueblo judío ejemplifica la salida y la llegada de un pueblo con una cultura religiosa unificada que le da sentido a su existencia, mientras espera la llegada de su Mesías. Moisés libró el pueblo judío de la esclavitud de Egipto, pero es Josué el que con siete recorridos guerreros y con el sonido de los cuernos, derribó los muros de Jericó (Josué, cap. 6: 20).
Posteriormente en la Grecia clásica, los discípulos del filósofo griego Aristóteles caminaban, mientras disertaban sobre temas filosóficos, al método se le conoció como peripatético, método, significa camino, por medio de la observación y el uso de los sentidos, el hombre adquiere información que, bajo el gobierno de la razón, descubre verdades universales.
En la Edad Media, los peregrinos visitaban los lugares sagrados, haciendo grandes recorridos, visitando iglesias y reliquias sagradas, exponiéndose a múltiples peligros, lo cual recordaba las caídas de la vida, los errores y la mortificación del cuerpo y la trascendencia del alma, Jerusalén, Santiago de Compostela, La Meca, Medina, Roma, constituyen los puntos de reuniones de los fieles y los sabios, aún en nuestros días.
En la modernidad Copérnico, Galileo, Newton, demostraron las leyes de la movilidad de la tierra alrededor del sol, y la astronomía contemporánea demuestra que la tierra se mueve en dirección a la expansión infinita.
Durante el siglo XVIII y todo el siglo XX, la movilización social fue el motor de la revolución liberal y social, tanto que Dantón señaló que ni un líder social es capaz de detener una fuerza tan poderosa como el pueblo, una fuerza centrífuga que devoraba todo lo que a su paso existía, y se dirigía a la ciudad como centro del poder hasta derribar los edificios y símbolos del poder político y económico.
En la Edad Moderna, los artistas situacionistas caminaban por las ciudades, buscando algún tipo de experiencias creativas, saliendo de la rutina y el cautiverio de las ciudades industriales y alienadas, dando origen al concepto de psico-geografía, la creatividad es un atributo de la movilidad o de una gran sacudida del sedentarismo de las ciudades burocráticas modernas.
En la actualidad, existen otras formas de movilidad forzada, como el autoexilio de la vida misma, el destierro político forzado, los viajes de placer, y la migración de los países en pobreza extrema, delincuencia, en guerra, fugas de cerebros a las grandes urbes de las ciudades centrales, generalmente la Unión Europea y los Estados Unidos, constituyendo un serio desafió cultural, político, legal y económico para el planeta.
El camino es un destino para el hombre que busca salir de la esclavitud, arrojarse al peligro e ir al encuentro de conocimientos personales. La movilidad del cuerpo de la humanidad busca migrar hacia su vieja condición nómada cuando las ciudades modernas se encuentran agotadas por la sobrepoblación, la pobreza, la guerra, el control, habría que preguntarnos ¿Si en realidad queremos renovar nuestras ciudades? ¿O sí mejor serán hoteles de paso, grandes basureros urbanos, por donde los hombres libres caminen sobre la tierra, cuando sea destruida por el hombre mismo?
