Guardia Nacional cuida Reserva de Calakmul: AMLO

En UAC, Montero y Saravia malgastan 32.9 millones en...

24 febrero, 2020 Comentarios desactivados en En 2018, Peña desinfló a Pemex Exploración y Producción Campeche

En 2018, Peña desinfló a Pemex Exploración y Producción

La ASF señala que las deficiencias en PEP, en el último año del priísta Enrique Peña Nieto, la llevó a incumplir en exploración, restitución de reservas y producción de hidrocarburos, y provocó que perdiera competitividad y se volviera insolvente en el corto plazo.

Por Daniel Sánchez

CIUDAD DEL CARMEN, Cam. 24 de febrero del 2020.- La Auditoría Superior de la Federación (ASF) dictaminó que las deficiencias en Pemex Exploración y Producción (PEP), en el último año del priísta Enrique Peña Nieto, ocasionaron que incumpliera el 33.9 por ciento de los estudios exploratorios, una restitución de reservas menor al 100 por ciento y una caída en la producción de hidrocarburos, lo que afectó la cadena de suministros de Petróleos Mexicanos y limitó su aportación para asegurar el abasto de combustibles y petroquímicos del país.

Al concluir una auditoría de desempeño a PEP, el organismo fiscalizador federal advirtió que “de continuar con las tendencias negativas, se pone en riesgo su contribución fiscal, lo cual repercutiría negativamente en el crecimiento económico del país y limitaría los recursos que pueden ser utilizados en beneficio de la población y mejorar su calidad de vida”.

“En suma, las deficiencias en el desempeño operativo y de la infraestructura de la empresa productiva subsidiaria, relacionadas con la exploración y producción de hidrocarburos, representan un obstáculo para incrementar su rentabilidad y, de persistir tales deficiencias, se afectaría la competitividad de la empresa en el mercado abierto en el mediano y largo plazo”, puntualizó.

La ASF manifestó que “con la aplicación del modelo de probabilidad de quiebra, PEP reportó ser insolvente en el corto plazo; no obstante, reportó utilidades antes de impuestos, por lo que, de continuar recibiendo flujos de efectivo, puede operar y cumplir con sus obligaciones”.

“En materia de costos de producción y descubrimiento de hidrocarburos, se identificó que en 2018, la empresa invirtió seis mil 623.8 millones de dólares en descubrimiento y desarrollo, y obtuvo reservas netas probadas positivas de 276.2 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, por lo que generó un costo de descubrimiento y desarrollo anual de 24 dólares por barril”, expresó.

Asimismo, agregó, “el costo de producción de hidrocarburos fue de 14.1 dólares por barriles de petróleo crudo equivalente, resultado mayor en 28.9 por ciento que el registrado en 2017; no obstante, fue menor en 3.2 por ciento al costo promedio, alcanzado por las empresas internacionales, de 14.5 dólares por barril, por lo que resultó competitivo”.

En opinión de la ASF, en 2018, “PEP careció de un gobierno corporativo conforme las mejores prácticas internacionales, que le impidió llevar a cabo una gobernanza de forma transparente, además de que no contó con un documento de planeación estratégica específico para la empresa productiva subsidiaria, alineado con el Plan de Negocios de Petróleos Mexicanos, que le permitiera definir los recursos de manera eficaz, eficiente y económica, además de evaluar su desempeño”.

Además, abundó, “su Consejo de Administración no fue independiente y no contó con mecanismos para valorar el efecto de sus decisiones, aunado a que la inasistencia del director general de Petróleos Mexicanos (Carlos Treviño Medina) y de los miembros del consejo, a las sesiones, denotó la falta de interés y de una conducción integral de la cadena de valor; en materia de exploración, al no contar con un documento específico del Plan de Negocios, fue deficiente en la programación y la realización de la actividad de exploración, detonante de la cadena de valor, lo que generó un alto costo de oportunidad al no lograr revertir la tendencia a la baja en la restitución de reservas y sólo reponer el 35 por ciento y el 83.5 por ciento de reservas probadas de crudo y gas natural, respectivamente, por lo que las reservas alcanzarán para 8.1 años y 5.1 años, correspondientemente, bajo el ritmo de explotación actual”.

Afirmó que “la producción disminuyó en 20 por ciento, respecto de 2015, debido a que no contó con métodos de recuperación mejorada para la extracción de crudo y no se registró producción proveniente de yacimientosde shale.

“Las instalaciones no utilizaron el 44.4 por ciento de sus activos respecto a su capacidad, debido a que PEP realizó únicamente el 26 por ciento de las acciones de mantenimiento requeridas en infraestructura, por la disminución en presupuesto a mantenimientos y por la mala planeación de éstos. Debido a todo lo anterior, PEP no fue rentable, después del pago de impuestos y derechos, al generar pérdidas, a pesar de que incrementó sus ingresos totales por ventas y servicios y tuvo un costo competitivo a nivel internacional”, añadió.

Por ello, asentó, “se mantiene la problemática identificada antes de la Reforma Energética y, de persistir las deficiencias identificadas en el desempeño operativo y financiero de la empresa, la empresa productiva no estará en condiciones de generar valor económico y rentabilidad para el Estado en el mediano plazo, por lo que la exploración y producción de hidrocarburos continúan siendo retos que PEP debe superar para volverse una empresa competitiva y asegurar el abasto de los insumos requeridos al Sistema Nacional de Refinación y a los Complejos Procesadores de Gas, con la finalidad de reducir la dependencia de las importaciones de petrolíferos que perjudicaría la soberanía energética, y evitar el incremento en los precios de los combustibles, que afectaría el crecimiento económico de los sectores estratégicos del país”.

Ante este panorama, la Auditoría “emitió recomendaciones con el fin de que PEP consolide su gobierno corporativo de acuerdo con las directrices internacionales; fortalezca su planeación estratégica; implemente estrategias para identificar un mayor número de yacimientos de hidrocarburos viables para su extracción; incremente sus ingresos por la comercialización de hidrocarburos; mejore sus resultados en la contribución de la atención de la demanda en el país; implemente estrategias financieras y fiscales para incrementar su nivel de rentabilidad, y fortalezca su metodología de valuación costos”.

Todo ello, subrayó, “con el propósito de que logre su objetivo de ser rentable y de generar valor económico para el Estado mexicano”.

El fracaso de la Reforma Energética

El dictamen de la ASF, que fue emitido el 27 de enero de 2020, citó diagnósticos del Plan Nacional de Desarrollo y del Programa Sectorial de Energía, ambos del periodo 2013-2018, en los que se destaca que “México cuenta con recursos fósiles suficientes para abastecer la demanda de hidrocarburos en un futuro; no obstante, los recursos disponibles y las actividades realizadas para identificar los yacimientos de hidrocarburos y para extraerlos fueron insuficientes, muestra de ello es que, de 2003 a 2013, las reservas probadas disminuyeron en 31.3 por ciento, al pasar de 20.1 mil millones de barriles de petróleo equivalente a 13.8 mil millones de barriles y la relación reservas/producción pasó de 11.9 años a 10.2 años”.

“En consecuencia, la producción de petróleo crudo y de gas natural se contrajo en 24.4 y 41.9 por ciento, respectivamente, y por consiguiente, los ingresos del Estado mexicano provenientes de la producción y venta de hidrocarburos, se vieron disminuidos”, aseveró.

Recordó que “para atender los problemas del sector energético, en 2013 se aprobó la Reforma Energética”.

Antes de ésta, Petróleos Mexicanos, como monopolio del Estado, exploraba y extraía los hidrocarburos de manera exclusiva; después de la Reforma Energética, estas actividades se abrieron a la participación privada y Petróleos Mexicanos se reestructuró. En este contexto, Pemex Exploración y Producción pasó de ser un Organismo Subsidiario a una Empresa Productiva Subsidiaria, con la finalidad de generar valor económico y rentabilidad para el Estado mexicano por medio de las actividades de exploración y extracción de hidrocarburos, consideradas como actividades estratégicas por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Asimismo, en atención a su objeto de creación, en 2018, PEP erogó 372 mil 506 millones 596.5 mil pesos, todos recursos propios, en los programas presupuestarios orientados a la operación y mantenimiento de la infraestructura a su cargo, monto mayor al presupuesto modificado en 2.4 por ciento (363 mil 836 millones 32.3 mil pesos) y menor al programado en 10.6 por ciento (416 mil 761 millones 713.9 mil pesos).

Respecto de las asignaciones y los contratos de hidrocarburos, en 2018, PEP contó con 415 títulos de asignación producto de la Reforma Energética; asimismo, participó en las rondas de licitación que realizó la CNH, con un margen de éxito de 26.4 por ciento, al adjudicarse 14 de los 53 contratos en los que compitió, en el periodo 2015-2018. En 2018, estuvieron vigentes 22 contratos: 3 asociaciones, 5 migraciones y 14 contratos de exploración y producción.

En el periodo 2015-2018, PEP fue omiso en los compromisos mínimos de trabajo de los títulos de asignaciones para la exploración y extracción de hidrocarburos que obtuvo con la Ronda Cero, en 2014, al no cumplir con la perforación de pozos, la adquisición de sísmica 2D y 3D, ni con las inversiones previstas, por lo que puso en riesgo la conservación de dichos títulos, ingresos futuros para solventar las deudas adquiridas y el suministro de insumos a la cadena de valor de Petróleos Mexicanos.

En cuanto a la exploración a 2018, PEP fue la única empresa que incorporó reservas de petróleo crudo y gas natural en México, ya que las empresas privadas no reportaron descubrimientos de volúmenes de hidrocarburos, y registró un volumen de reservas totales de mil 169.6 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, con lo que restituyó el 34.6 por ciento de las reservas probadas; sin embargo, esto no fue suficiente para cumplir su meta de restituir el 100 por ciento de las reservas extraídas y lograr revertir la caída en la incorporación de reservas probadas.

Además, al ritmo de explotación actual, y si no se incorporaran más reservas, las reservas totales de petróleo crudo durarían 23.2 años y las reservas probadas 8.1 años; mientras que las de gas natural, alcanzarían para 15.8 años en el caso de las reservas totales y 5.1 años, para las reservas probadas. Esto ubicó a México en el lugar 42 y 50, en el comparativo internacional de la relación reservas-producción de crudo y gas, respectivamente.

Caída en la producción

En materia de producción de hidrocarburos, en 2018, la Reforma Energética tenía prevista la producción de tres millones de barriles diarios, por parte de Petróleos Mexicanos y los privados; sin embargo, PEP, mediante asignaciones y contratos contribuyó con el 60.4 por ciento (un millón 813 mil barriles diarios) de esta meta y la producción de los privados no fue representativa, por lo que no se alcanzó la meta prevista.

Además, aun cuando cayó la producción en 20 por ciento en relación con 2015, el envío de petróleo crudo a terminales de exportación se mantuvo, no así el enviado al Sistema Nacional de Refinación de Pemex Transformación Industrial. Considerando el consumo de gasolina en el país, se requeriría de dos millones 112.6 mil barriles diarios de petróleo crudo para su procesamiento, y PEP en ese año sólo suministró al SNR el 28.6 por ciento (605.1 mil barriles diarios).

En cuanto al gas natural, la Reforma Energética tenía prevista, en 2018, la producción de ocho mil millones de pies cúbicos diarios, por parte de Petróleos Mexicanos y los privados; sin embargo, no se cumplió la meta, ya que PEP mediante asignaciones y contratos, produjo el 60.6 por ciento (4 mil 847 millones de pies cúbicos diarios), y la producción de los privados no fue representativa. En ese año, PEP no atendió el 23.6 por ciento de lo solicitado por Pemex Transformación Industrial.

Además, en 2018, PEP registró poca confiabilidad operacional en su infraestructura, debido a que no programó la realización del 64.1 por ciento de los mantenimientos requeridos y no efectuó el 74.0 por ciento de los detectados como necesarios en infraestructura; por lo tanto, la mala planeación y programación de los mantenimientos, y la posibilidad del incremento en las fallas de las instalaciones coadyuvó a que la EPS no utilizara el 44.4 por ciento de sus activos respecto a su capacidad.

Por lo que se refiere a su desempeño financiero, si bien en 2018, PEP obtuvo los recursos suficientes para ser rentable y generar valor económico para el Estado, y mejoró sus resultados respecto de 2017, al registrar un aumento en la utilidad antes de impuestos de 147.3 por ciento (463 mil 802 millones 317 mil pesos); después del pago de impuestos y derechos, obtuvo una pérdida de cinco mil 867 millones 212 mil pesos, cifra menor en 96.1 por ciento a la reportada en 2017 de 150 mil 388 millones 699 mil pesos.

No obstante, la empresa generó una rentabilidad negativa de 0.3 por ciento sobre sus activos, aunque, el rendimiento sobre el capital empleado fue de 22.5 por ciento.

Respecto de la generación de valor económico, en 2018, PEP obtuvo un resultado operativo de 411 mil 130 millones 657 mil pesos, al que después de aplicarle la tasa impositiva y de efectuar el reparto del retorno esperado a los inversionistas patrimoniales y de deuda fue de 105 mil 150 millones 946.9 mil pesos, cifra superior en 160.9 por ciento respecto de lo registrado en 2017, por 40 mil 307 millones 178 mil pesos.

Consulta aquí el informe completo de la ASF:

2018_0455_a

 

Comparte esta nota:

Comments are closed.