Por Héctor Malavé Gamboa

¿Cómo hacer literatura en el siglo XXI? Remite a la conocida pregunta de Teodoro W. Adorno: ¿Cómo escribir poesía después de Auschwitz? La Alemania de Goethe, Schiller y Holderlín había sido derrotada, no sólo militar, sino también poéticamente. Después de la Segunda Guerra Mundial, la cultura europea se descentró en dos grandes polos, la soviética y la norteamericana, los países se alinearon y lo mismo sucedió con los escritores y los artistas.

En la literatura, se dejó un vacío que fue llenado por América Latina, la crítica internacional aglutinó a escritores como Carlos Fuentes, La Región más Transparente; Juan Rulfo Pedro Páramo; Gabriel García Márquez, El Coronel no tiene quien le escriba –pequeña obra de arte-, Mario Vargas Llosa, Pantaleón y las Visitadoras; Borges, El Aleph. Suficientes para construir mi concepción del mundo.

No obstante, la pérdida del eurocentrismo y el énfasis teórico en el tercer mundo, Franz Fanon, Los condenados de la Tierra; Enrique Dussell, Filosofía de la Liberación; Paulo Freire, Pedagogía del Oprimido; Mao Tse Tung, Teoría del Tercer Mundo. Escribir y pensar desde las “afueras”, la literatura y la novela se bifurcaron en compromisos disímbolos, los escritores comprometidos socialmente con la transformación y la esperanza, como José Revueltas y su Apando, y aquellos cuyo único fin, sensato por cierto, era con la escritura y la poesía, como Octavio Paz.

Pero el proyecto político fracasó y en la literatura, sin embargo, aún se mantienen los resabios de ambas tendencias. No obstante, existe una literatura que apuesta por el ver al mundo tal y como se presenta, fragmentaria, una literatura de retazos que presenta los compromisos de la humanidad en la derrota de la esperanza, en si misma libre de todo adeudo espiritual y social, este por lo menos es mi sentir del texto de Ricardo Piglia “Los diarios de Enzo Renzi”.

Diarios escritos durante la dura etapa de su enfermedad, Piglia se tiene que leer en voz alta, describe sus primeras lecturas, sus años de formación, La Peste, de Albert Camus, es un lector precoz y sensible, su primer amor con Elena sin “H”, el peronismo de su padre, la precaución de una madre en la década de los cincuenta, en una Argentina que había sufrido un golpe de Estado, el lector que se acerca a Piglia se enseña que “no hay un método para aprender a escribir”, uno escribe porque “no puede no dejar de escribir”.

Hay que leer a Piglia en voz alta, nadie lee a nadie, “uno se lee así mismo, mientras lee a otro”, hace falta valor para escribir, incluso en la desesperanza de que el hombre no pueda sanar de sus vacíos y sus miedos, Piglia conversa con sus diferentes tiempos. Describe su militancia comunista, su sectarismo trotskista, como editor del periódico Militante, no se mantiene fiel al partido, ni a Perón, ni al socialismo, es fiel a sí mismo, cuando se trataba de arrebatarle el bien común a la sociedad pensante, como la palabra, y convertirla en un acto subversivo, incluso despojarla de su carga sociológica, moral y erudita.

Finalmente, el escritor escribe para sí mismo, ¿Qué es una narración? Es un movimiento o no es nada, es una sacudida fuera del progreso, la escritura es una pulsión de miles de horas perdidas, escribe más de lo que lee, finalmente Dostoievski leyó poco y escribió mucho, solo el Quijote y la Biblia fueron suficientes para equiparar su Crimen y Castigo con los clásicos. El escritor no puede ir contra sí mismo, a pesar de sí mismo y los géneros. Las corrientes sólo son para los historiadores, editorialistas, y académicos de la literatura.

Los Diarios de Emilio Renzi son escritos fragmentarios de momentos, escritos en primera persona, es un libro que se plantea ¿Cómo se forma un escritor? En 1967, Piglia es un escritor reconocido en Argentina. Su aventura como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras, sus apuntes sobre Platón, Heidegger, notas de sus apuntes de clases. Su encuentro con Borges, y lo que llama el mundillo cultural de la Argentina, su preocupación por la narración, es una escritura en ruinas y de vestigios, sus amores, el recuerdo de su abuelo sobreviviente de la Primera Guerra Mundial, sus primeros años de formación y su viaje a La Plata.

Los temas son eternos, el diario es la novela de nuestro tiempo.

Referencias

• Piglia, Ricardo. Los Diarios de Enzo Renzi. Anagrama Editores, Barcelona, 2015, 360 pp.