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Las supremacías inexistentes

14 marzo, 2018 Comentarios desactivados en Los fundamentos de la revolución cultural Ideas

Los fundamentos de la revolución cultural

Cartas a un amigo masón del Rito Escocés Antiguo y Aceptado 

¿Cuál es mi propuesta?

Por Héctor Malavé Gamboa

Mi preocupación, lo sabes, es la condición del hombre, el arte y la cultura en la sociedad actual, y trato de resolverla desde la filosofía política. Sobre la posmodernidad, no me considero posmoderno, pero pienso que muchas críticas que la posmodernidad le hizo a la modernidad son válidas, por ejemplo, a la idea de progreso, a la idea de poder, a la idea de razón, a las instituciones liberales y sus resultados, la educación, la cultura, no liberaron, dominaron, fue propaganda llena de sutilezas, relatos, ¿Quién lo puede negar?

En efecto, los filósofos posmodernos desmitificaron el mito de modernidad, la razón y la idea de libertad, valores liberales que actualmente están agotados. Incluye la masonería, y la institución educativa, en la cual ejerces tu actividad humana. Si te fijas, el nihilismo y el relativismo actual es la condición del humano actual.

Ahora, está condición nihilista y agotada, líquida, sin fe que yo veo, los posmodernos no la superan más bien, porque también le pegaron a la razón misma, no tienen una propuesta y huyen de toda superación racional, porque creen que la razón objetiva es esencialmente dominante, y se quedan en la sospecha, la crítica, a los más e incluso a veces mantienen posturas conservadoras, pero cuando la razón es creativa es liberadora, no dominante.

En este sentido, no soy posmoderno, sí creo que hay una explicación para la condición sin sentido del hombre, y no se encuentra en volver a la moral subjetiva, que nos llevan a regresar a instituciones místicas, religiosas e incluyo políticas, llámese, parroquia, logia o partido de izquierda, o todo mezclado, colash. Política mística. El capitalismo cultural es el causante de la alienación del hombre y agotamiento, de ahí las salidas esotéricas ante la ausencia de los fundamentos.

Propongo la superación de la alienación humana y social. El individuo pensante y deber social kantiano se encuentra en el plano de las ideas, es el ciudadano libre y culto el que se encuentra agotado, el humanismo liberal ha muerto. Dios ha muerto, pero también el diablo ha muerto, la razón liberal ha muerto. Pero, la razón crítica, dialéctica y creativa existe, la rebelión es el ser. Y sí, en el reformismo y el capitalismo no veo diferencias. El misticismo egipcio masón es misticismo capitalista, nada tiene que ver con los misterios egipcios y sí con el negocio de los grados, la masonería actual es la Iglesia de la Edad Media. Creo, ahora, es más progresista la iglesia que la masonería.

Coincido, luchamos por despertar la conciencia, pero no sólo con el autodidactismo y la experiencia, es en la lucha participativa y en análisis científico (marxismo cultural) de los hechos humanos como nos hacemos conscientes. Y sí, mi teoría crítica o revolución cultural negativa tiene que emanciparnos del liberalismo cultural, pero también del socialismo de estado y el mismo catolicismo, no con la idea de libertad, no con la libertad interior, sino la liberación de toda forma de poder y autoridad.  Mi propuesta es clara, superar la alienación por medio de una revolución cultural, su eje son las relaciones del saber.

La alienación es una pérdida de sí mismo por el poder y la autoridad, toda forma de poder impide pensar. La revolución cultural tiene su asiento en la lógica dialéctica hegeliana, dialéctica negativa, que piensa que todo debe cuestionarse, y sólo la discusión y la acción política tienen la verdad, porque la verdad es la realidad social misma. Cuál es su asiento sociológico, las agrupaciones artísticas, culturales y lobos solitarios pensantes. La clase obrera y las demás formas sociales están como ovejas sin pastor, la revolución cultural tiene que trillar el camino para el despertar del movimiento social mundial “en sueños”.

Soy materialista, porque es evidente que la materia en su desarrollo dialéctico evoluciona del caos a formas nuevas de organización cada vez más complejas, y la trascendencia es social e histórica, pero la felicidad del hombre se encuentra en los amigos, como los epicúreos, pero su valor más elevado es la lucha eterna por la liberación.

Anarquismo, en su crítica al poder, sí, es más no necesitamos el poder, pero se debe participar en la lucha política dentro de la izquierda, no para ocupar cargos, sino para impulsar la revolución permanente.

Trotskismo, sí, siempre hay que ubicarse en las alas más críticas de la izquierda, poco estado y más pueblo trabajador.

Humanista, también, el hombre es el fin último del proceso social, ética comprensiva.

Teoría crítica, sí, porque el tema actual no es para mí económico ni político, esencialmente es algo que engloba ambos mundos; la cultura, el lenguaje, las costumbres y las artes, por lo que la revolución es estética, demócrata, pero democracia participativa, deliberativa y directa.

En fin, la revolución cultural es hija del marxismo crítico o heterodoxo, marxismo herético, no estalinista, la teoría critica de la creación, dialéctica de la creación, razón creativa, es lo mismo, un paso adelante del marxismo crítico de Frankfurt, el que Marcuse dejó inconcluso, no sólo libera al sujeto social y al hombre, sino a la razón: un segundo renacimiento o una segunda modernidad para el siglo XXI.

 

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