La investigadora de la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, Helena Barba, revela que ya están documentados los hallazgos del patrimonio cultural sumergido y ahora buscan cómo pasar esta información a las nuevas generaciones de arqueólogos. FOTOS: INAH/SAS
Por Daniel Sánchez
CAMPECHE, Cam. 4 de diciembre del 2017.- La investigadora de la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Helena Barba Meinecke, reveló que en los últimos 15 años, se han descubierto más de 400 sitios con vestigios arqueológicos en aguas marinas y continentales de la Península de Yucatán.
"La información no se puede colocar abiertamente al público en general, sino que hay que colocar “filtros”, porque los sitios son muy vulnerables y hay que protegerlos del saqueo".
“Son más de 400 sitios el día de hoy, porque mañana puede cambiar el número, que ya tienen una estructura de información, de cédula, de fotografía, de video, trabajo de tradición oral, de investigación histórica, de trabajo de recuperación de algunos objetos, no por el objeto mismo, sino de materiales diagnósticos que nos puedan proporcionar información relacionada o saber qué sucedió con este contexto o interpretarlo”, explicó.
“Si bien hemos trabajado en la parte marina, vamos en el mismo proceso en cuevas y cenotes, y si bien pareciese que son muchos años, tampoco hay que tener esa prisa por terminar todo, de una manera que perdiéramos información en el proceso, tenemos que tomarnos el tiempo suficiente para que vayamos entiendo los contextos arqueológicos y poderlos interpretar”, puntualizó.
Al hacer la introducción sobre la ponencia “Aplicación de los sistemas de información geográfica como herramienta de manejo y protección del patrimonio sumergido”, en el primer día de los trabajos del IV Congreso Internacional “El patrimonio cultural y las nuevas tecnologías”, Barba Meinecke hizo un recuento de los trabajos de arqueología subacuática en la Península.
Manifestó que mucha gente ha trabajado en esto, de diferentes disciplinas y simultáneamente, en las investigaciones que se hicieron “desde la Sonda de Campeche, que se hace en los 90, hasta los últimos trabajos realizados en cenotes y cuevas, que es la parte que falta mucho por explorar en este sentido”.
Recordó que en 1979, a invitación de la entonces jefe del Departamento de Arqueología Subacuática del INAH, Pilar Luna Erreguerena, comenzaron los trabajos de recopilación de información histórica y disciplinario, antes de comenzar las investigaciones, partiendo del poblado de Lerma, municipio de Campeche.
Desde esa época, “se acumula información de manera sistemática y muy profesional, que está bien ordenada, y ahora la preocupación es cómo la vamos a pasar a la siguiente generación, cómo se van a formar más arqueólogos acuáticos”.
De acuerdo con el artículo 14 de la Convención de la UNESCO, agregó, “hay que clasificar la información recopilada en campo y crear cartas arqueológicas” y ahora se está buscando como difundirla a las nuevas generaciones de arqueólogos.
“Filtrar” información para proteger sitios de saqueos
Los investigadores Armando Anaya Hernández y Guillermo de Anda Alanís coincidieron en que esta información no se puede colocar abiertamente al público en general, sino que hay que colocar “filtros”, porque los sitios son muy vulnerables y hay que protegerlos del saqueo.
Anaya Hernández detalló más sobre la “Aplicación de sistema de información geográfica…” y aseguró que hasta ahora, ya se ha incorporado información de 240 sitios arqueológicos sumergidos y se cuenta con 458 mil 40 registros en seis meses de trabajo.
Con el SIG, explicó, “se trata de crear una línea base del patrimonio cultural sumergido de México, dirigida a elaborar un Plan de Manejo y una Gestión de Riesgo”, pero también que sea un “medio para llegar a nuevas preguntas o ideas de investigación”.
“Qué hay, cuándo hay, dónde está, cómo está, para la conformación de escenarios y elaborar nuevos proyectos”, mencionó.
