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Tiempos difíciles para jubilados de la Unacar

20 octubre, 2022 Comentarios desactivados en Por descuido de administración, en riesgo vida institucional de la Unacar Campeche

Por descuido de administración, en riesgo vida institucional de la Unacar

Las Universidades se construyen con los años y se prestigian con los siglos/Cada institución es su historia.

Por Dr. Andrés Edgardo Salazar Dzib

CIUDAD DEL CARMEN, Camp. 20 de octubre del 2022.- El 13 de junio del año de 1967, el H. Congreso Constitucional del Estado Libre y Soberano de Campeche, y siendo Gobernador el Lic. José Ortiz Ávila, se constituye la Universidad del Carmen; ésta inicia con cuatro escuelas y una facultad; su primer Rector, el Dr. Sebastián Rodríguez Ramos, recordando su difícil inicio, menciona “Era tan grande la falta de recursos que generalmente el poco salario que se le brindaba se donaba para mejoras de la institución. Es un orgullo decir que aquella universidad con raquíticos recursos económicos pudo salir adelante hasta llegar a ser la máxima casa que es ahora” (Rodríguez 2009, p. 31).

¿Qué está sucediendo en la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR), a sus 55 años de vida? ¿Por qué no le pagan a los jubilados desde la segunda quincena (16 al 30) del mes de septiembre de 2022?

A los 22 años de vida institucional (1990), la Universidad Autónoma del Carmen puso en operación una reforma institucional, que se priorizó en la estructura orgánico-académica; <<un golpe de timón>> para poder responder a la demanda educativa esperada frente a los cambios que se estaban dando en el entorno carmelita por la actividad petrolera y la movilidad social. Fue así, que se convino con los “gobiernos estatal y federal que la educación media-básica, que sostenía la universidad, pasara a ser ofrecida por los Servicios Coordinados de Educación del Estado de Campeche. Esta medida ha permitido centrar la atención universitaria exclusivamente en los niveles medio-superior y superior, reorientando recursos hacia el mejoramiento de la infraestructura y la planta académica” (Universidad Autónoma del Carmen 1991, p. 6).

Lo anterior trajo revueltas al interior de la Universidad, que promovieron intereses ajenos desde el exterior; al resistirse al cambio la pusieron en riesgo y la violentaron; tal y como quedó registrado en el Documento de Autoevalución Institucional 1991 “la universidad estuvo convulsionada por sectores que se oponían al progreso y a los cambios modernizadores de nuestro tiempo, pero las intenciones de dichos sectores no prosperaron, porque la institución apeló a la legalidad que el derecho le confiere. Como ejemplo podemos citar la huelga ilegal que en septiembre de 1990 impulsó el Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad y que fue rechazada por la sociedad” (p. 44).

Conjurado lo anterior, esta Casa de Estudios entró en un proceso de modernización, crecimiento y progreso; con un futuro brillante por las oportunidades de desarrollo que el entorno le ofrecía; no obstante, sus limitaciones eran a todas luces perceptible, quedando constancia en los documentos de la época.

Así, por ejemplo: en el año de 1991, la UNACAR contaba tan sólo con un total de 61 profesores de tiempo completo en los tres niveles educativos que ofrecía: medio superior 18 profesores, superior 40 profesores y posgrado 3 profesores (Universidad Autónoma del Carmen 1992, p. 23). Dato que consta de hace 32 años y seguramente esos profesores se fueron de la Institución o están jubilados; al igual que otros trabajadores de los talleres, manuales, intendentes y de confianza, de la época; que es el tema de interés del presente escrito.

En el año de 1992, la Universidad tuvo otro parteaguas para hacer frente a las limitaciones con que operaba; se propuso seguir cuatro ejes de desarrollo institucional: Fortalecer la universidad, Modernizar la universidad, Dignificar la vida universitaria e Identificar a la universidad con su comunidad, lo que más adelante derivó en el Plan Faro U-2010, en 1996; destacando la Institución con grandes cambios, crecimiento y desarrollo; se trabajó “en el mantenimiento, conservación y ampliación de la planta física de la institución con el fin de usar óptimamente las limitadas instalaciones y equipos, y poder satisfacer la atención del crecimiento de la Universidad en varias de sus área académicas y administrativas” (Universidad Autónoma del Carmen 1993, p. 14).

Empero, no fue sólo en este aspecto en que la Universidad creció y se desarrolló, sino que abarcó las tres funciones sustantivas y la adjetiva; es decir; se incrementaron y diversificaron los programas educativos, creció la población estudiantil, la planta docente y de investigación; se crearon varios servicios en difusión y extensión universitaria; entre éstos, de comunicación, la editorial y los talleres artísticos; de modo similar, se fortalecieron los talleres de mantenimiento, jardinería, intendencia y el área secretarial; obviamente, el personal universitario creció exponencialmente. Fueron tiempos de prosperidad y de mucha gestión por parte de las autoridades.

Hablamos de hace 30 años, de estos trabajadores universitarios seguramente algunos están activos aún, otros se fueron de la Institución, se jubilaron o esperan su jubilación. Fue tal el empuje que la comunidad universitaria le dedicó al desarrollo y engrandecimiento de la vida institucional en los años posteriores, que <<nadie>> se dio cuenta, que los años pasaban y el personal avanzaba hacia etapas de adulto mayor, y adquiría derechos laborales por antigüedad.

La Universidad Autónoma del Carmen avanzó en lo académico, como lo evidencian sus programas educativos evaluados y acreditados, en la investigación científica, en difusión y extensión universitaria; fueron funciones a las que les redoblaron esfuerzos derivándolas en calidad y prestigio; sin embargo, hay un objetivo que se descuidó “Generar fuentes de ingresos propios y autosuficiencia económica” (UNACAR 1993, p. 37) como quedó propuesto en el Plan de Desarrollo institucional 1993. Y hoy, es algo que está afectando a sus jubilados por la falta de recursos para cubrir los montos de sus retribuciones, que por Derecho les corresponde. La Universidad Autónoma de Carmen debe ser autosuficiente en el pago de las jubilaciones.

Más allá de los comentarios amarillistas acerca del destino de los recursos del fideicomiso de pensiones y jubilaciones, lo que ahora se anuncia y se denuncia estar agotado. ¡Qué la Universidad no tiene dinero para pagar! No debió desatenderse el objetivo anterior, porque es parte de la estructura universitaria y es estratégico. Este descuido no deja de ser un grave error administrativo, que debilita y pone en riesgo la vida institucional, porque el rendimiento académico depende del estado de ánimo y de las expectativas laborales de sus trabajadores, que se liga en buena medida al pago de sus salarios y prestaciones a corto plazo, y a mediano y largo plazos, de las jubilaciones; al interrogarse ¿Qué expectativas de vida les ofrece la Institución si no habrá dinero para pagarles su jubilación? Seguramente reaccionarán con desaliento, como está pasando con los cerca de 200 jubilados, quienes demandan sus derechos adquiridos.

Conclusión: La UNACAR, desde sus orígenes, ha pasado por momentos difíciles como hasta el día de hoy, es una comunidad académica que, en su historia, ha registrado logros y éxitos frente a los desafíos, a pesar de tiempos adversos. Hoy afronta un acontecimiento de peligro por un objetivo que descuidó la administración: Generar fuentes de ingresos propios y autosuficiencia económica; que pone en riesgo la vida institucional, ante las bajas expectativas que está ocasionando en sus trabajadores el saber que la Universidad no tiene dinero para pagarle a sus jubilados, éstos se preguntan ¿Qué expectativas de vida les ofrecen, si al llegar el momento de querer gozar de su derecho, no habrá dinero para pagarles, como está sucediendo actualmente con los afectados?

No es justo, los trabajadores jubilados transitaron paso a paso, por años, construyendo esta Alma Máter, no hay vuelta de hoja, se tiene que reconocer y pagar los derechos que adquirieron esos extrabajadores de la Universidad Autónoma del Carmen, y simultáneamente, generar las estrategias y encontrar los recursos que garanticen la estabilidad de los trabajadores universitarios: activos y jubilados.

Fuentes de Consulta

Rodríguez, S. (2009). Un hombre, una vida. Donde cada día hay una historia nueva que contar. México: Unacar.

Universidad Autónoma del Carmen (1991). Evaluación Institucional 1991. Sp.

Universidad Autónoma del Carmen (1992). Autoevaluación Institucional 1992. México: UNACAR.

Universidad Autónoma del Carmen (1993). Plan Institucional de Desarrollo 1993. México: UNACAR.

 

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