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10 marzo, 2018 Comentarios desactivados en De la ética y la moral Ideas

De la ética y la moral

Por Héctor Malavé Gamboa

Diálogo entre Heráclito y Sócrates

Heráclito. ¿Qué salva el alma del hombre?

Sócrates: Hacer el bien perpetua y continuamente.

Heráclito: Es la acción contra el poder lo que salva al hombre.

Sócrates: Salvarlo de la tiranía no redime el alma.

Heráclito: No poseemos un alma, tenemos un cuerpo y un sistema nervioso poderoso que necesita liberarse de la alienación para lograr la evolución del conocimiento integral. El alma es una metáfora de la inteligencia, su salvación es comunitaria. Tendrá que ser por la lucha para derribar el poder que sostiene el sistema social y que restablezca como consecuencia la dignidad del hombre. La dignidad humana no es natural al hombre, tiene que conquistarla corrigiendo sus errores. Esta es mi propuesta ética, hacernos responsables de nuestra liberación de toda tiranía espiritual y material sin temor, y encontrar los senderos democráticos en la de los amigos.

El centro de mi ética gira en torno a la libertad y autonomía del libre que asume su propia responsabilidad, pero su vida tiene un sentido, no es absurda, consiste en la búsqueda del saber y su construcción como sujeto: OCUPARSE DE SI MISMO. Lo cual lo hace bueno y feliz para los demás hombres. Mi ética se centra en el deber ser libre, liberado y liberador, trabajar para su libertad,  y su amor por el conocimiento y la humanidad.

Sócrates: ¿Por qué el hecho de derribar el sistema social de poder es la que puede cambiar al hombre integralmente y reestructurarlo? Más allá de esa concepción materialista… ¿Qué sentido tendría ser justos y liberarse? ¿Qué pasaría después de derrocar esa tiranía tan vil?

Heráclito: Porque el poder es la sustancia que evita que el hombre se integre y se posea en sí mismo. Si lo hace, entonces es autónomo e integral y como tal, constructor creador y su acción es liberadora. Adquiere una salud regeneradora que, mientras no sea libre, no la conoce.

Sócrates: Es libre entonces si hay condiciones que permitan su autoconocimiento y su desarrollo.

Heráclito: En efecto. Después de la caída de la tiranía real y de la ilusión tirana, creer en los mitos liberadores, el hombre se ve a sí mismo como carne sin sal, cuerpo para la muerte, solitario con sus iguales, entonces, comprende que es esta vida su única posibilidad para su autoconciencia profunda. Con la diferencia que ahora sí tiene la energía para hacerlo posible.

Parado frente al cosmos en movimiento y la eternidad, convierte su existencia en momento trascendente, es completo, pero no perfecto, y su muerte no es aniquilamiento, sino una gran despedida. Unas gracias por la experiencia de vivir. Su salud emocional y corporal lo hace partícipe del amor de su comunidad, y de sus amigos, pero para eso tiene que asumir el riesgo de emanciparse, lo cual no es fácil y puede significar su muerte moral y física, si no es plenamente auténtica su motivación, alejarse del miedo y de las consecuencias, lo cual no es fácil para el hombre moderno y agotado.

No soy un sensualista, ni un materialista vulgar. Creo en la regeneración de la materia, pero el poder lo convierte en esclavo. Todo hombre aspira al saber, pero el poder se lo impide. El saber no es el fin último, es la libertad el fin último, incluso del mismo saber. El saber libera parcialmente, pero únicamente la lucha es la que libera completamente.

La lucha de contrarios es lo que mantiene el orden y la unidad de universo material, LA RAZÓN CREADORA. Si el hombre se libera del hombre, entonces vendrá la lucha contra la naturaleza, y si se libera de la naturaleza, vendrá otra lucha: la consciencia contra la consciencia. De no ser así, el universo se devoraría el corazón, como el mito de Dionisio, lo cual Zeus, Jehová, impidió que sucediera.

La materia es simple y se vuelve compleja y más compleja, cada parte funciona en movimiento y se relacionan con las demás partes hasta formar una GRAN TOTALIDAD. Cuando es simple, sí vemos las relaciones, pero cuando la materia es sutil y compleja, no la percibimos con los sentidos, sólo con la mirada del ENTENDIMIENTO y la acción auto-correctiva damos dirección a esta ley universal.

Sócrates: ¿Por qué no aceptar la propia naturaleza en vez de luchar contra ella? ¿Por qué no adecuar la conducta a las características connaturales y racionales para poder lograr una armonía con los seres y con la propia naturaleza, y que el contraste de conciencias no sea más que el desarrollo intelectual y moral del ser?

Heráclito: Aceptar el orden es aniquilar el universo y todo lo que existe. El móvil de las contradicciones es la vida misma de lo material, esa voluntad es racional y objetiva, aunque parezca que no lo es. La materia es eterna y viva, como el FUEGO, moviéndose. En el momento que dejará de superarse a sí misma, existiría la nada y eso no es posible.

No morimos realmente, nos integramos a otro orden material. Y más temprano que tarde, surgirá la AUTOCONCIENCIA, más allá de toda moral humana.

 

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